Turismo
Estos son los 7 castillos medievales más imponentes de la Región de Murcia
Estas fortalezas representan el carácter estratégico del territorio regional sobre el que se levantan estos históricos monumentos partrimoniales
El patrimonio arquitectónico es siempre uno de los mejores reclamos a la hora de decidirse a viajar y conocer un lugar. En la Región de Murcia, sin duda, uno de los principales atractivos para el turismo es la gran riqueza patrimonial con la que cuenta. No hay más que visitar la ciudad de Cartagena para conocer su pasado romano de más de 3.000 años de historia, o recorrer la judería de Lorca para conocer y comprender una parte de la historia nacional, contada a través de sus monumentos.
Los castillos medievales son una prueba de que hubo un tiempo en el que las fortalezas eran la mejor arma defensiva contra la posible invasión de otros ejércitos. Unas construcciones imponentes que, con suerte, siguen conservándose actualmente, y que reflejan todo el potencial defensivo de los municipios que, afortunadamente, ya no son necesarios.
Pero ahí están. Elevados en colinas, vertebrando localidades, y dibujando todo un espacio alrededor del centro urbano que facilita la proyección de cómo se organizaban las ciudades hace varios siglos.
Todo un lujo turístico al alcance de todos, que llevan a los visitantes a imaginarse la vida en la época medieval.
Castillo de los Vélez
Esta fortaleza se encuentra en pleno casco urbano de Mazarrón, elevado unos 30 metros sobre el terreno, en el cual se puede observar perfectamente el casco antiguo de la ciudad. Es uno de los mejores ejemplos de castillo medieval ya que condicionó la elección del lugar donde se construyó, a finales del siglo XV. La fortificación fue en buena parte destruida entre los años finales del siglo XIX y los comienzos del XX, cuando se abrió la boca de una mina en el mismo interior. No obstante sus ruinas han sido rehabilitadas recientemente, lo que ha mejorado de manera considerable su aspecto. Su excavación y limpieza nos han permitido conocer interesantes aspectos. El castillo de Los Vélez de Mazarrón se encuentra declarado Bien de Interés Cultural.
Castillo de Lorca
El castillo de Lorca se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural. Comprende una serie de estructuras defensivas que, durante la Edad Media, convirtieron a la ciudad y su fortaleza en un punto inexpugnable del sureste peninsular. Actualmente se encuentra dominando el casco urbano de la ciudad de Lorca. Su valor estratégico viene dado principalmente por ser la auténtica atalaya de control de las principales rutas que circulan desde el sur al levante hispánico desde la más remota antigüedad, de ahí el Regni tutissima clavis (llave segura del reino) que reza el escudo de la ciudad del Guadalentín.
Las murallas lorquinas, de fundación islámica, fueron aprovechadas por la Corona de Castilla para constituir el enclave como el principal bastión cristiano en la frontera murciana frente al emirato de Granada. Para reforzar esta condición, a finales del siglo XIII comenzó la construcción de las dos espectaculares torres del homenaje existentes en lo más alto del castillo: la del Espolón y la Alfonsina.
Castillo de Benizar
La fortaleza de Benizar se encuentra situada en una impresionante formación rocosa que se yergue sobre esta pedanía de Moratalla. El castillo se levantó sobre la cumbre de un cerro amesetado que presenta singulares características naturales para ser aprovechado como fortificación. Desde la cima del monte se divisan extensos y alejados campos, así como los núcleos de población de Benizar, El Villar y Otos. La construcción del castillo de Benizar se puede situar en los últimos tiempos de la dominación islámica sobre la zona, sin que se pueda precisar más allá de un espacio comprendido entre el siglo XI o el XII. Sin embargo, tras la conquista castellana, pasaría a formar parte del complejo despliegue defensivo que mantuvo la Orden de Santiago en el noroeste del reino de Murcia, para hacer frente al peligro fronterizo con Granada, así como para su propio ejercicio de poder en los territorios que domina. La fortaleza de Benizar está declarada Bien de Interés Cultural.
Castillo de la Concepción
Esta fortificación se encuentra en pleno casco urbano de Cartagena, sobre la más alta de las cinco colinas que caracterizaron a la ciudad durante la Antigüedad. Se trata de un estratégico cerro situado al norte de la espléndida bahía natural, por lo cual desde este enclave era posible dominar tanto el puerto como buena parte de la planicie septentrional que se extiende entre las sierras de oriente y occidente.
Los restos que se pueden contemplar del castillo de la Concepción se han de identificar con una serie de estructuras correspondientes a una fortificación de origen medieval. En su mayor parte parece ser una alcazaba islámica cuya construcción se podría situar en torno al siglo XII, al igual que otras existentes en su contexto geográfico e histórico. El elemento más característico de la fortaleza es el Macho o torre del homenaje, que domina en el punto más alto todo el conjunto. Sin embargo, este edificio hay que datarlo ya en torno a los años finales del siglo XIII o comienzos del siglo XIV.
Castillo de Jumilla
Las primeras fortificaciones existentes se remontan a la edad del Bronce, con una antigüedad de 3.500 años. Los íberos formaron un gran poblado fortificado con grandes murallas y defensas, dando lugar al poblado de Coimbra del Barranco Ancho que perdurará hasta el siglo II a.C. Más tarde los romanos fortificaran el cerro, construyendo parte de la muralla. De esta época se conserva la Torre de los Romanos.
Durante la Guerra de Sucesión Española fue en el castillo de Jumilla donde el Cardenal Belluga reunió a sus tropas para luchar por la causa de la Casa de Borbón en la Batalla de Almansa (1707). Durante la Guerra de la Independencia el castillo fue utilizado como cuartel por las tropas francesas, que adaptaron alguna de sus características, convirtiéndose, en la primera mitad del siglo xix en prisión. Posteriormente, el castillo fue abandonado deteriorándose notablemente su estado.
En 1971 se iniciaron las obras de restauración del edificio, a las que siguió en 1990 una excavación arqueológica en el cementerio e iglesia de Nuestra Señora de la Gracia. El último episodio de restauración y remodelación se completó en el año 2000, acondicionándolo para ser visitado.
Castillo de Caravaca de la Cruz
La fortaleza de Caravaca, también conocida como Real Alcázar o Santuario de la Vera Cruz, se encuentra situada en pleno centro urbano de esta población del noroeste murciano, sobre un altozano que caracteriza a la ciudad y sobre el que, desde antiguo, se dominaron los campos circundantes regados por el río Argos, y se controlaban importantes vías de comunicación que conectaron el interior de la Península Ibérica con las costas mediterráneas.
Los orígenes de esta fortaleza hay que situarlos en época islámica. Entre los siglos XII-XIII, el autor árabe al-Yacut señala la existencia del hisn de Caravaca: un punto fortificado que centralizaba el control de los campos circundantes y la defensa de la población rural y sus ganados y pertenencias. Sin embargo, lo que marcaría su carácter posterior fue el establecimiento, tras la reconquista del reino de Murcia durante la segunda mitad del XIII, de la bailía templaria, en cuya jurisdicción también iban a comprender las localidades y términos de Cehegín y Bullas. Un espacio señorial que, a partir de 1344 quedaría vinculado a la Orden de Santiago.
Actualmente, la fortaleza se encuentra muy transformada, como fruto del devenir de la historia y como consecuencia de su conversión en un importante centro sacro. No obstante, aún posee el carácter bélico que le dan los lienzos de murallas jalonados de torreones cúbicos y algunos de planta redonda.
Castillo de Monteagudo
Esta espectacular fortificación se encuentra situada a unos 5 kilómetros al noroeste de la ciudad de Murcia y a unos 10 kilómetros al suroeste de Orihuela. El castillo está enclavado en un impresionante puntal rocoso que se eleva 149 metros sobre el nivel del mar. Su estratégica situación y su singular disposición convierten a esta fortaleza en un hito fundamental en el amplio espacio que controla. El castillo de Monteagudo remonta sus orígenes a época islámica. Las primeras referencias documentales a esta fortificación indican su existencia hacia 1078-1079, cuando allí fue encarcelado el rey musulmán de Murcia Abderramán Ibn Tahir tras su destronamiento.
La fama que aún conserva le vendría con la incorporación del reino a la Corona de Castilla en 1243. Allí situó Alfonso X el Sabio su residencia murciana, y su pertenencia se vinculó ya a los monarcas castellanos. Precisamente, la pérdida del valle del Vinalopó y la vega baja del Segura a comienzos del siglo XIV, y su definitiva agregación al reino aragonés de Valencia, convertiría al castillo de Monteagudo en la principal fortificación de Castilla frente a la Corona de Aragón, vigilante secular del Camino Real que unía a Murcia con Orihuela.
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