Opinión

Nueva oportunidad

La detención del ex presidente Puigdemont en Alemania viene a culminar lo que se inició en noviembre del año pasado, cuando la primera oleada de procesamientos, y continuó la semana pasada con el encarcelamiento de lo que quedaba de la cúpula del independentismo. La generación de catalanes que iniciaron el proceso de secesión está amortizada y el «procés» mismo, descabezado.

Queda, a pesar del ruido de las manifestaciones y las declaraciones, un gigantesco vacío que habrán de empezar a llenar las fuerzas políticas que no han salido abrasadas de estos años de ilusiones y mentiras. Por parte nacionalista, surgirá un nuevo nacionalismo de corte moderado, leal a la Constitución y dispuesto a pactar con las fuerzas nacionales y con el Estado central. Será el final definitivo del «procés», y de la crisis, porque fue esta la que llevó a los nacionalistas a creer que España, quebrada, se podría romper con relativa facilidad. En cuanto a los partidos nacionales, aquellos que tengan vocación gubernamental habrán de entender de una vez que la cuestión catalana, es decir la cuestión nacionalista, requiere de un consenso acerca de la Constitución y su fundamento político último, que es la nación española. No se trata, ni siquiera ahora, de acabar con un nacionalismo al que se ha dejado hacer lo que le ha venido en gana durante 40 años. Se trata de establecer, como quiere la mayoría de españoles, un espacio político y social libre de nacionalismo, ajeno a sus hipotecas y a sus chantajes.

Como no podía ser menos, los jueces han cumplido con su deber y han puesto a todo el mundo ante sus propias responsabilidades. Quienes encabezaron el levantamiento contra la democracia están ahora encausados.

Y quienes durante décadas abandonaron Cataluña a los nacionalistas se ven ahora en la obligación de recobrar el tiempo y el inmenso terreno perdido sin soliviantar aún más los ánimos: ni en Cataluña, ni en el resto del Estado.

Lo ocurrido desde 2012 es la certificación de un fracaso general de la clase dirigente española. También le da la oportunidad de empezar a actuar de otra manera.