Opinión

Eurócratas poderosos

Son, entre otros, el alemán Martín Selmayr, secretario general de la Comisión Europea; el polaco Jerzy Bogdan Pleva, director general de Agricultura y Desarrollo Rural; los españoles, Luis Requena , director general de Asuntos Jurídicos; Clara Martínez Alberola, jefa de Gabinete del presidente Juncker; Nadia Calviño, directora general de Presupuestos; Xavier Prats, director general de Sanidad; Daniel Calleja, director general de Medio Ambiente; María Ángeles Benítez, directora general adjunta de Agricultura; Francisco Fonseca, director general adjunto de Justicia y Consumidores (pobre justicia y pobres consumidores); Cristina Rueda, miembro del Gabinete del comisario de Agricultura.

Se trata de nombres desconocidos para la inmensa mayoría de los ciudadanos de la UE, pero en cuyas manos están nuestras vidas y haciendas. Tienen un gran poder y, lo que es más importante, pasan desapercibidos tanto para los medios de comunicación como para el Parlamento Europeo. Vamos, que escapan a vigilancia y control, justo lo contrario de lo que sucede a altos cargos de rango similar en los Estados miembros.

Parece que algo comienza a cambiar. Los eurodiputados han puesto el foco sobre el escándalo que ha supuesto el nombramiento del primero de los citados, el tal Selmayr, como secretario general. Urge sacar a pasear ante la opinión pública al conjunto de eurócratas de alto nivel que se creen los guardianes del europeísmo. De momento, son celosos guardianes de sus sueldos y pensiones estratosféricas, entre otras prebendas. Si los ciudadanos supiesen esas cifras, ardería Troya.