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Opinión
¿Los mismos centros?
Desconozco cómo es la vida de un niño con síndrome de Down. Más allá de la maravilla de haber compartido espacio y tiempo con ellos en muchas ocasiones, de disfrutar de esa inteligencia suya más sensible y emotiva cada vez que tengo oportunidad y de escuchar a sus padres loar sus virtudes, debo admitir que nunca me he planteado qué atenciones resultan imprescindibles para preparar su futuro... Los niños Down son maravillosos, pero cualquier discapacidad supone un enorme esfuerzo personal para sus padres, un camino duro, lleno de escollos... Las discapacidades no son el mundo de Walt Disney por más que alguno lo quiera pintar así. Y no lo son ni siquiera en un país como el nuestro, sensato y solidario, donde se lucha por la integración. La petición de Carmen para su hijo Lucas es más que razonable.
¿Acaso debería su pequeño de tres años acudir a un centro escolar diferente al de su hermano, solo porque carezca de ese auxiliar al que el niño tiene derecho? Sin embargo, hay otra pregunta inevitable: ¿en todos los centros escolares públicos puede haber personal especializado para atender cualquier discapacidad? Lucas, resultará discriminado si no puede acudir al mismo colegio de su hermana, pero ¿no pasaría lo mismo respecto a él, si lo admitieran en ese mismo centro, pero no a otro niño con parálisis cerebral o autismo, o síndrome de Rett y necesidades diferentes a las suyas? Ojalá los presupuestos y las posibilidades fueran infinitas. La realidad es que ni unos ni otras lo son. Hay que exigir que todos los niños con discapacidad tengan centros donde formarse..., y saber que no siempre podrán ser los mismos de sus hermanos.
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