Opinión

Pavana para la Princesa Leonor

Leonor, Princesa de Asturias, cumple mañana 13 años y lo celebrará, entre otras cosas, con algo que nunca olvidará, sus primera palabras en público. En el inicio de los actos del 40 aniversario de la Constitución que más libertad y prosperidad ha otorgado a España y que demasiados populistas extremos quieren volver del revés, la hija mayor de los Reyes leerá, después de su padre Don Felipe, algún artículo de la Carta Magna que, sin duda, ya se sabe de memoria, pero que también recordará el resto de su vida y, sobre todo, «muchos años después», a lo García Márquez, el futuro y lejano día en el que acceda a la Jefatura del Estado.

El Rey Felipe VI pronunció su primer discurso en el acto de entrega de la primera edición de los Premios Príncipe de Asturias, en octubre de 1981. Presidía el Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, el teniente coronel Antonio Tejero había intentado perpetrar un golpe de Estado, pistola en mano, en el Congreso de los Diputados, meses antes, y Felipe González avanzaba imparable hacia la Moncloa, adonde llegaría, a lomos de 202 diputados, un año más tarde. El entonces Príncipe de Asturias tenía 13 años y, en su breve parlamento, habló de una ceremonia –la de entrega de los Premios– «que contiene una gran esperanza de futuro», algo que se ha cumplido de largo, porque los galardones apenas están un paso por detrás de los Premios Nobel, con la ventaja de que sobre los asturianos nunca pesó la más mínima sombra, lo que tampoco impidió olvidos como el del colombiano autor de «Cien años de soledad».

El estreno oficial de la princesa Leonor ha sido tan estudiado como debatido. Muchos esperaban que lo hiciera, como su padre, a los 13 años y la entrega de los Premios Princesa de Asturias. Los Reyes, sin embargo, descartaron esa posibilidad. La explicación es tan sencilla como convincente. Don Felipe inauguró los Premios y era lógico que debutara en ese acto en Oviedo, pero también abrió un camino sin retorno. Si la princesa Leonor entregaba los premios que llevan su nombre también se obligaba a hacerlo –con sus correspondientes discursos– a partir de ahora todos los años. El Rey recuerda, como si fuera hoy, aquella experiencia y lo hace con cariño, pero tampoco olvida la exigencia que representa para un niño –en su caso– de 13 años. Por eso, no hay urgencia para que la princesa de Asturias protagonice sus propios premios. Lo hará pronto, pero sin apremios y, de momento, puede estrenarse en público con la lectura de un texto constitucional, a modo de pavana, un ritmo elegante y sosegado, que se bailaba con pasos hacia adelante y hacia atrás. Pavana de estreno para una Princesa.