Opinión

Hipotecas, paga el cliente, gana Iglesias

La Sala Tercera del Tribunal Supremo la ha vuelto a liar. Los magistrados, muy divididos -15 a favor y 13 en contra-, han decidido que, finalmente, sean los clientes quiénes pague el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados vinculado al registro de los préstamos hipotecarios. En realidad, no cambia nada, porque eso es lo que había ocurrido desde hace 23 años. Sin embargo, los altos jueces han decidido lo contrario de lo que acordaron seis miembros de esa sala hace poco más de 15 días, cuando dictaminaron que debería ser la banca quién abonara ese impuesto. En uno y otro caso, directamente o indirectamente, el tributo recaería en el consumidor. Sin embargo, aparentemente una inmensa mayoría de ciudadanos quería que ese impuesto lo pagaran las entidades financieras, ignorantes quizá de que luego lo repercutirían a sus clientes a través de comisiones más altas. La opinión pública es adversa -con razón o sin ella- a los bancos y ahora deseaba algo así como un escarmiento popular y tras el fallo del Supremo queda defraudada. Habrá clamor social y movilizaciones contra los jueces y contra la banca, como ya han anunciado los líderes de Podemos. La decisión del Supremo es polémica, pero tampoco es disparatada y claro es rechazada por todos aquellos a los que no les gusta. Habría otras soluciones para que los ciudadanos no pagaran ese impuesto, como su supresión o su reducción al mínimo, como ocurre en la mayoría de países de nuestro entorno. Sin embargo, parece mucho más importante -y es más popular- escarnecer a los bancos. El Supremo ha hablado y el resumen es que todo sigue igual, es decir, el cliente pagará el impuesto y, sobre todo, que el gran ganador de la jornada son Pablo Iglesias y los suyos que, de repente, han encontrado una nueva causa para movilizar a su clientela y a quien no la es pero tiene entre ceja y ceja a los bancos, aunque no le vaya nada en ello. Arremeter contra la banca y contra los jueces puede dar muchos votos.