Opinión

La banca, la madrastra y Sánchez

La banca y los banqueros son los grandes enemigos públicos. En España, cualquier batalla contra el sistema financiero goza del aplauso popular y arroja réditos asegurados. Pedro Sánchez, tras la sentencia del Supremo, interpretada como un espaldarazo a la banca, se subió a la ola de la inquina popular al sector financiero y con tanta habilidad como rapidez anunció un Decreto-Ley para que «nunca más» los españoles paguen el impuesto de Actos Jurídicos Documentados cuando contraten una hipoteca. Sánchez, un superviviente de la política, con esa suerte que Napoleón buscaba en sus generales, ha aprovechado el desconcierto y malestar creado por el fallo del Supremo y, justo cuando no estaba en su mejor momento desde que llegó a la Moncloa –no habrá Presupuestos y hasta Podemos le reclama elecciones–, ha recuperado la iniciativa y, además, logra presentarse como el defensor de los consumidores ante la pérfida banca. Ha detectado en la teórica confrontación con los bancos un enorme caladero de votos y está decidido a explotarlo.

Pedro Sánchez quizá no lo recuerde, pero hay precedentes de éxitos en la política española con ataques directos a la banca. El más espectacular lo protagonizó Adolfo Suárez en las elecciones de junio de 1986. El primer presidente de la democracia lideraba su propio partido, el CDS, a la izquierda de Fraga y algo la derecha de Felipe González. Acudió a la banca en busca de financiación para la campaña, pero apenas obtuvo nada. Incluso un banquero le sugirió que no se presentara. Suárez no se arrugó y siguió adelante. La gran oportunidad le llegó un mes antes de las elecciones. Mercedes Milá, en el programa «Jueves a Jueves» de la primera cadena de la entonces única televisión, le hizo una larga entrevista. Hablaron de todo y el líder del CDS se despachó a gusto contra la banca y la describió como «la madrastra de Cenicienta». Denunció una «operación intolerable» contra su partido, explicó que el PSOE había gobernado a favor de la banca y remachó: «creo que estamos en una democracia parlamentaria y me niego a pensar que estemos en una democracia bancaria». Y con su sonrisa más seductora, miró a la cámara y añadió: «la madrastra no ganará». Una semanas después, el CDS obtuvo un gran éxito electoral al pasar de 2 a 19 diputados en el Congreso. Atacar a la banca siempre ha dado votos en España y Pedro Sánchez, gracias a los vaivenes del Supremo, quiere aprovecharlo. Es legítimo. Populismo bancario, pero en la pesca de votos, todo cuenta.