Opinión
La explosiva evolución del gasto
El gasto mensual en pensiones ha marcado en noviembre un nuevo récord histórico: 9.287 millones de euros. Tal incremento responde a dos motivos. Por un lado, al crecimiento del número de pensionistas, 9,67 millones a día de hoy, un 1,13% más que en noviembre de 2017; como al aumento de la pensión media, de 960 euros mensuales, un 3,7% que hace doce meses. El porqué del aumento del número de pensionistas es bastante obvio. Conforme se alarga la esperanza de vida y se jubilan poblaciones más cuantiosas, su cantidad crece. Pero, ¿por qué está aumentando la pensión media? Nuevamente, por dos razones. La primera es el llamado efecto sustitución, es decir, los pensionistas que se dan de alta en el sistema han devengado unos derechos pensionales más elevados que aquellos que se están dando de baja; la segunda, es la revalorización de estos ingresos que fue pactada entre el PP de Rajoy y el PP en los presupuestos que entraron en vigor el pasado mes de julio, con una subida del 3% en las pensiones mínimas, un alza del 1,6% para el resto de pensiones y ampliación de la base reguladora de las pensiones de viudedad del 52% al 56%.
El efecto conjunto de todas estas tendencias está siendo, como decíamos, que los gastos totales de la Seguridad Social siguen creciendo año tras año y, lo que es mucho más preocupante, lo están haciendo a un ritmo cada vez más acelerado: en noviembre, los gastos se expandieron un 4,85% frente al mismo período del año anterior; una tasa de crecimiento apreciablemente superior al 3% que veníamos experimentando antes de que entraran en vigor los nuevos presupuestos. El sistema, pues, no es en absoluto sostenible bajo las condiciones actuales. No en vano, a lo largo de los próximos 20 años, el número de pensionistas crecerá en más de cinco millones con respecto a sus niveles presentes; prácticamente la misma cifra en la que se reducirá la cifra de empleados. Si a día de hoy, con una relación de 2 a 1 entre afiliados y pensionistas, ya estamos padeciendo un insostenible déficit en la Seguridad Social de casi 20.000 millones de euros anuales –guarismo que a tenor de la reciente evolución del gasto aumentará todavía más–, ¿cómo pensamos mantener el sistema con una relación entre afiliados y pensionistas de 1 a 1 (tal como se espera que prevalezca en 20-30 años)? Imposible. Por eso, el sistema de pensiones va a sufrir recortes sí o sí: si esos recortes no son compartidos entre los pensionistas actuales y los pensionistas futuros, serán sobre proporcionalmente sufridos por estos últimos. A saber, cuanto menos se recorte hoy, tanto más habrá que recortar mañana. Y el problema es que el reparto intergeneracional de esos recortes no lo va a dictar la lógica económica, en cuyo caso trataría de hacerlos tan suaves y graduales como resultara posible, sino la lógica política (la cercanía de elecciones y la necesidad de ganarse el voto de los 9,6 millones de pensionistas). Irresponsabilidad y cortoplacismo de nuestros mandatarios, cuyos platos rotos los terminaremos sufriendo todos los españoles.
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