Censura a Sánchez

Atrapado el PP por el centro (Cs) y por la derecha (VOX), se extienden las dudas por el futuro. Por eso, algunos dirigentes consideran que Pablo Casado, nada más cerrar las andaluzas, tiene que hacer algo para reactivar sus bases. El PP necesita alejarse de situaciones pesimistas como las que se viven en Andalucía, donde pesos pesados cruzan los dedos al son de «Jesusito, que nos quedemos como segunda fuerza». De hecho, mandos populares creen que Casado debe encabezar una moción de censura contra Pedro Sánchez después de la inutilidad del Gobierno ante la ocasión histórica del acuerdo del Brexit para asegurar los derechos de España sobre Gibraltar.

A fuerza de propaganda, Sánchez ha impuesto una realidad paralela en sus acciones, cercado por la desaceleración económica y por una ristra de ministros en el disparadero público: Dolores Delgado, Josep Borrell, Pedro Duque, Nadia Calviño, Isabel Celaá... Todos ellos, con el propio Sánchez al frente, alargan su comprometida posición parapetándose tras subterfugios, en vez de tomar el lógico camino de la dimisión que exigirían los «affaires» de calado que han dejado hechos jirones su credibilidad.

Existen motivos sobrados para que el PP presente una moción de censura que retrate a Sánchez y a los apoyos de un Gobierno que ha liquidado la ética y la estética con una cínica doble vara de medir. Aunque se perdiera, reforzaría la posición del líder del PP frente a un «sanchismo» acogotado por una amalgama de intereses que van desde el PNV a los populistas de Podemos, pasando por los secesionistas catalanes y Bildu. Además, ese paso adelante de Casado desataría un efecto inmediato en Cs. Albert Rivera estaría obligado a posicionarse por la hegemonía del centroderecha porque, de no hacerlo, se arriesga a ser visto como la muleta que lo sostiene.