Opinión

La clave catalana de José Borrell

Pedro Sánchez, tras el batacazo en Andalucía de Susana Díaz, que también le alcanza, vuelve a la carga con los Presupuestos. No tiene nada que perder y gana tiempo hasta que decida la fecha las elecciones y si se fía o no de las profecias demoscópicas de Tezanos. Mientras, Pablo Casado y Albert Rivera negocian cómo Juan Manuel Moreno y Juan Marín dirigirán las instituciones andaluzas –Gobierno y Parlamento– para comenzar a desmontar el clientelismo, que es la verdadera clave de ese acuerdo. (Entre paréntesis, Javier Arenas, camarada Arenas, que hasta el día 2 «tenía vida política atrás por detrás y poca por delante», como decían en el PP, quizá haya conseguido una prórroga). Las ministras Montero y Calviño volverán a llevar al Congreso los mismos objetivos macro que ya fueron tumbados en julio, basados en unos ingresos que en Bruselas no ven claros. Tode dependerá, al final, para aprobar los Presupuestos de los votos de ERC y del PDeCAT. La onda expansiva andaluza tambíén alcanzó al independentismo que prefiere al Gobierno actual antes que arriesgarse a uno en el que Rivera –e incluso Vox– tuvieran algo que decir. JoséBorrell defiende en privado que en el último momento, los independentistas dirán «sí» al Presupuesto, tras poner su precio, «porque buscan el dinero». Quizá el ministro de Exteriores conozca alguna clave catalana oculta. Es la carta de Sánchez, que puede derivar en problema. Junqueras daría su visto bueno, pero menos claro está el apoyo de Puigdemont y Torra, encerrados en su propio mundo, que en el Congreso tienen dos diputadas muy fieles –imprescindibles para la votación de los Presupuestos–, la portavoz parlamentaria, Miriam Nogueras, y Lourdes Ciuró, que solo seguirán la disciplina de Waterloo.