Opinión

El euro salvó a España del caos

El mayor éxito de la historia moderna de España es el euro. Radicales de izquierdas y de derechas pueden discutirlo, pero la realidad es tozuda. El euro nació el 1 de enero de 1998, hace ahora veinte años. Fue el primer gran proyecto internacional en el que España fue protagonista en los últimos doscientos cincuenta años. Una generación de españoles sólo ha conocido el euro. Para otros –menores de 35 años– la peseta es la moneda de sus padres, porque ellos no la utilizaron e ignoran su valor. Además, la España de 1998 y la de hoy son tan distintas que invalidan las comparaciones. Por ejemplo, ¿cuánto costaba en pesetas un i-phone, una tarifa plana de datos o la de «spotify» para el teléfono? Nada, porque tampoco nada de eso se podía comprar. No existía.

El euro, además, salvó a España del caos y la ruina en la Gran Recesión. La introducción del euro significó la pérdida de soberanía monetaria. España dejó de poder imprimir –crear– dinero a su antojo, que fue el recurso fácil de algunos países para afrontar las crisis. Argentina y Venezuela son ejemplos paradigmáticos, con resultados de hiperinflación, caos y miseria. Zapatero, en los peores momentos de la crisis, lamentó no poder fabricar dinero, hasta que le explicaron –Miguel Sebastián sobre todo– que era un disparate. Años después, el expresidente admitió que al llegar a la Moncloa «no sabía qué era el dinero». El 11 de mayo de 2010, porque España estaba en el euro y la quiebra del país supondría un desastre económico global, Back Obama, presidente de los Estados Unidos, y We Jiabao, presidente chino, llamaron a Zapatero y le exigieron –por la estabilidad mundial– medidas, por muy impopulares que fueran, para salvar al euro. Si no lo hacía, nadie prestaría dinero a España y el mes siguiente no cobrarían ni funcionarios ni pensionistas. El caos. Si España no hubiera estado en el euro, nadie habría llamado a la Moncloa y el entonces presidente –y quizá cualquier otro en su lugar– se hubiera decantado por lo más cómodo, fabricar dinero. Eso habría generado hiperinflación y pobreza. Todo el mundo habría cobrado, pero su dinero hubiera valido mucho menos. Es lo que hicieron los gobernantes españoles durante más de doscientos años, hasta que se asentó la democracia. El euro salvó a España del caos en 2010, por eso es el mayor éxito de la moderna historia de este país y un seguro contra aventureros políticos, nacionalistas incluidos. Por cierto, como curiosidad, un euro equivalía a 166,386 pesetas.