Opinión

50 chonis de Grey

El otro día, zapeando un poco de aquí y de allá, me topé con la película «50 sombras de Grey». La vi durante diez minutos y decidí que ya era suficiente, que era de lo peorcito que había pasado por mis ojos y hace que me reafirme en que los libros más vendidos son un auténtico bluff, ya que la novela homónima vendió miles y miles de ejemplares. Ni me molesto en repasar esas listas semanales en que textos apestosos ocupan lugares preferenciales, aunque son de mucha utilidad para saber lo que no hay que leer. Me encanta adaptar títulos a mi conveniencia, y así estamos hoy ante un título que tiene que ver con las ministras del actual gobierno, ya casi en funciones, y, en general, con las mujeres que rodean al plagiador, incluida su santa, porque si bien no son cincuenta, son de un chonismo que pasma. Grey en este caso sería Sánchez, guapito de aldea como ya dije en otra ocasión, que pretendió un elenco bonito y le salió un consejo de ministros choni perdido. No voy a citar ni a señalar con el dedo, ni tampoco me meto en taras físicas –traseros caídos, pistoleras, o exceso de pecho–, porque nadie estamos libres de defectos, salvo Nieves Álvarez, Elsa Pataki o Gisele Bundchen, por poner tres ejemplos de divinas sin reservas.

El guapito de verbena de aldea quiso emular a Camilo José cuando en el año 1987, al recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, le aseguró al entonces príncipe heredero, el hoy Rey Felipe VI, «señor, en España el que resiste gana», una frase que se hizo viral, aunque no era de su autoría ni tampoco entonces existía la cosa viral. El patancillo de Moncloa es cierto que llegó a presidente con sólo ochenta y cuatro diputados, eso sí, a costa de pactar con la ultraizquierda, los golpistas y los terroristas, es decir, con artimañas poco limpias y poco sanas para el bienestar de España y los españoles.

Ahora, quienes le auparon al poder lo dejan tirado. Aun así, tiene la jeta de firmar un libro que le escribió una de sus chonis, a quien colocó al frente de «la marca España» que ahora se llama de otra manera ya que este enunciado le pareció facha. La tal choni declaró a la prensa europea que el golpe de estado de los secesionistas ha sido como una violación, porque si bien el sexo no está prohibido al igual que votar, no puedes hacerlo a la fuerza y sin permiso, porque eso es violar. Poco afortunada estuvo la imagen de lo español en el exterior, ¡qué vergüenza!, y, como todas las de su calaña, el odio al hombre está presente en todas sus manifestaciones. ¡Pobre gentecilla! ¡Ya no saben a qué recurrir para resaltar lo mucho que les satisface humillar al macho de la especie humana!

Luego está lo de Junqueras ante el Supremo, un gordito, por cierto, al que no afectó la huelga de hambre. No así el que tiene apellido de marca de maletas, el tal Romeva (¿o es Rimowa?), que se quedó hecho un figurín. Pues el gordo estableció un diálogo para sordos con el fiscal Zaragoza, que más bien se convirtió en un mitin en defensa de la independencia de la región catalana: él sabe que está en el objetivo de la cámaras periodísticas internacionales.

Y todo así. Ahora tenemos elecciones el 28 de abril, una fecha estratégica para la abstención, por coincidir con el puente de mayo, aunque esa astucia barata le sirva de poco al fracasado plagiador. Muchos pensamos que la suerte está ya echada. Pues que así sea.