Opinión

“Viernes sociales”

“Antaño se iba a las elecciones para gobernar. Ahora se forma un Gobierno para ganar elecciones”. La frase, escuchada a un veterano dirigente del PSOE unos días después de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa, resultó premonitoria. Más aún después de oír al presidente inventarse desde la tribuna del Congreso un nuevo día de la semana: los “viernes sociales”. Es decir, su determinación de “tirar” del Consejo de Ministros hasta el 28-A para aprobar medidas de tinte electoralista. Porque Sánchez ha decidido darse cada viernes un “chute” de uso partidista de las instituciones en su beneficio para arramplar votos. Llama la atención, sin embargo, la poca fe que tiene en José Félix Tezanos, que cada día le sirve una victoria más holgada. Aunque los datos de los estrategas monclovitas no digan tal cosa y el PSOE, en el mejor de los casos, solo llegue al 28% de los votos, casi cinco puntos y medio por debajo del optimista CIS.

Mientras, los últimos tracking en la acera de enfrente, en la calle Génova, arrojan que la alternativa PP, Cs y VOX estaría a un escaño de la mayoría absoluta. Por Pablo Casado no va a quedar desde luego el cambio en La Moncloa. Y que Sánchez no tiene las cosas tan amarradas también lo demuestra que tanto él como el PSOE renieguen del tradicional cara a cara televisado entre el presidente y el jefe de la oposición. Cercanos al líder socialista ya dejan caer que, “estando en disputa la hegemonía en la derecha, no hay un rival alternativo claro con quien debatir”. Prefieren los duelos a cinco, como el ofrecido por Atresmedia, con los hasta ahora grandes partidos y la marca de Santiago Abascal. En las generales de 2015, Sánchez se enfrentó con Mariano Rajoy en aquel debate que pasó a la historia porque espetó al entonces jefe del Ejecutivo “Usted no es una persona decente”. Sin embargo, ese formato no se repitió en los comicios de 2016, circunstancia que se airea ahora desde Ferraz como argumento de autoridad para negarse al debate a dos.