Opinión

El «hágase» de Sánchez

Primero fueron el Falcon y el helicóptero asignados a la Presidencia del Gobierno, luego la televisión pública y el CIS de José Félix Tezanos a mayor gloria del líder del PSOE y, ahora, el Boletín Oficial del Estado. El mismo Pedro Sánchez que llegó a La Moncloa a lomos de una moción de censura destinada –según reiteró– a regenerar la cosa pública, impulsar la transparencia y hacer del Parlamento el centro neurálgico de la actividad política, se dispone, disueltas oficialmente las Cortes Generales, a gobernar por real decreto. O, por mejor decir, a convertir ese mismo BOE en un programa electoral bis de su partido para el 28-A. Eso, y nada más que eso, son los «viernes sociales» con los que Sánchez piensa tirar cada semana de la chequera de los españoles, de aquí hasta la cita con las urnas, para tratar de seducir a los votantes. Partidismo puro y duro disparado con pólvora del Rey. Una forma de hacer que el socialismo juegue con ventaja la carrera hacia las urnas.

Este «hágase», tan propio de autócratas y caciques, contrasta con las críticas que vertió Sánchez como líder de la oposición contra Mariano Rajoy cada vez que el Gobierno del PP recurría, por mor de la urgencia económica, a la herramienta del «decretazo» prevista para situaciones extraordinarias. Sánchez se ha visto obligado a adelantar las elecciones porque carece del apoyo parlamentario suficiente para aprobar sus proyectos. De ahí que el uso y abuso de los decretos que se nos anuncia no sea otra cosa que recurrir al ventajismo de utilizar los recursos públicos de todos en busca del rédito electoral de unos pocos: en realidad, en beneficio de su propia campaña. También en esto el Sánchez presidente se ha desmentido a sí mismo.