Opinión

Las Fuerzas Armadas, en lucha contra la caducidad tecnológica

Los Ejércitos y la Armada buscan soluciones para parte de sus aviones o vehículos, algunos de los cuales llegaron hace casi 50 años

Cuentan que el 23 de diciembre de 1924 se reunieron en Ginebra los principales fabricantes de bombillas para pactar una limitación en la vida útil de sus productos. Había nacido el cártel Phoebus y la obsolescencia programada. Este principio netamente capitalista no afecta a un sector como Defensa, pero aun así hay una fecha de caducidad para el material militar, una caducidad tecnológica.

Las plataformas pueden ser eternas con el

debido mantenimiento, sobre todo porque cuando nacen son la punta de

la tecnología y eso las hace envejecer mejor, pero llega un momento

en que su diseño no admite ni más añadidos ni más

modernizaciones. El mayor problema es que, en este sector, ir medio

paso por detrás de los demás es peligroso. Brian de Palma lo dejó

claro en “Los Intocables de Eliot Ness” por boca de Sean Connery,

que en su papel de Jim Malone advertía de la inconveniencia de

llevar un cuchillo a un tiroteo.

España lo descubrió a las bravas con

los BMR, el “cuchillo” que

llevamos al “tiroteo” de Afganistán o Líbano. Un vehículo de

transporte de personal diseñado para acompañar carros de combate

cuyos requisitos de fabricación fueron fijados en 1972. La caducidad

le llegó de golpe, la evolución de las amenazas lo enfrentó en

Afganistán a los artefactos explosivos improvisados (IED), y ni

había sido diseñado para ir en solitario ni para enfrentase a

minas. Cuando los militares empezaron a morir en atentados con IED,

España decidió hacer algo.

Si todo sale bien, las soluciones en

Defensa tardan en torno a diez años en desarrollarse desde que se

aprueban hasta que se produce el producto deseado, por eso es

habitual la compra de material intermedio. En este caso se

acudió a los RG-31, que

protegen de las minas a los soldados españoles hasta

que llegue finalmente el 8x8 “Dragón”,

un programa que, como casi todo, quedó en suspenso por la crisis

económica y que ahora se ha recuperado. Está previsto que el

“Dragón” sustituya finalmente a los BMR y RG-31 entre 2022 y

2025.

Unos periodos de tiempo tan largos

obligan a las Fuerzas Armadas a trabajar con mucha antelación.

Alguno de los programas necesarios, como el 8x8 del Ejército de

Tierra, los aviones entrenadores del Ejército del Aire o las nuevas

fragatas y submarinos para la Armada ya están en proceso, pero la

tecnología, las nuevas

amenazas y los nuevos teatros operativos no dejan de evolucionar.

Las FFAA deben seguir poniéndose al día y la lista de productos en

fase de caducidad tecnológica es larga.

EJÉRCITO DE TIERRA

-Pizarro Fase I y M113. El jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME) ya lo ha dicho en más de una ocasión: hay que ir pensando en la modernización del “Pizarro” Fase I desarrollado en los 90. La actualización del “Pizarro” a la que se refiere el JEME es la denominada de media vida y, o bien se hace un mantenimiento tipo, o se mejoran motor y blindaje para ponerlo al día y alargar su vida útil. La otra opción, la preferida por Tierra, es hacer una Fase III. Esto implicaría un nuevo diseño sobre la barcaza del vehículo de zapadores “Castor” y un concepto modular que permitiera distintas versiones, como la variante ambulancia. El otro vehículo a sustituir por este “Pizarro” Fase III sería el “M113”, el mítico TOA (Transporte Oruga Acorazado) del Ejército, aún en uso. España tiene unos 1.300 en diferentes configuraciones que empezaron a llegar en 1963 y en los que cualquier intento de modernización para poner al día ya sale más caro que fabricar desde cero.

-El “Centauro”.

El vehículo diseñado en 1986 necesita una modernización para

alargar su vida útil y convertirlo en la versión Plus.

- “Leopardo 2E”.

La actual versión de este carro de combate, que data de 2003 aunque

el original se diseñó a principios de los 70, no está preparada

para ambientes urbanos, sino para grandes teatros de operaciones. La

evolución del concepto de campo de batalla con la incorporación en

el mismo de dichos áreas residenciales obliga a una revisón del

vehículo a la versión Plus.

-Buques de transporte logístico.

Son plataformas propiedad del Ejército de Tierra operadas por la

Armada. Ahora mismo solo hay

uno en servicio, el “Martín Posadillo”

(botado en 1973), el Ministerio de Defensa ha dado recientemente de

baja el otro existente, “El Camino Español”. Hay dos opciones

para su sustitución, por un lado Navantia ha ofrecido con un diseño

propio y, por otro, se pueden comprar mercantes y transformarlos.

-Lanzacohetes. España no tiene ningún sistema de este tipo desde que el “Teruel” se dio de baja por obsoleto en 2011. Las aspiraciones del Ejército de Tierra a este respecto aparecen en las infografías de la flota prevista para el año 2035, en la que se puede ver un “Pizarro” con un sistema lanzacohetes (Multiple Launch Systems Rocket).


-Sistema de Mando y Control. Un proyecto muy importante para el Ejército de Tierra incluido en el Plan de Modernización de los Sistema de Mando, Control y Comunicaciones. Aquí estaría contemplada la renovación de las radios, que el año pasado cumplieron ya 25 años de servicio.

EJÉRCITO DEL

AIRE

-Flota de F-18.

Los cazas diseñados en los años 70

llegaron de segunda mano a España y

ni siquiera disfrutaron de la denominada actualización de media

vida. Es decir, su sustitución es indispensable. La opción oficial

preferida es un nuevo lote de “Eurofighter”, aunque la Armada ha

reconocido contactos para adquirir el F-35 de aterrizaje y despegue

vertical en los que también estaría incluido el Ejército del Aire.

-CN235 - SAR.

Un avión de los años 80 que se pretende sustituir por el C295 de

vigilancia y patrulla marítima, una plataforma 20 años más joven.

-Aviones de reabastecimiento en vuelo.

El jefe de Estado Mayor del

Ejército del Aire (JEMA) afirmó el año pasado que hacen falta tres

plataformas. Actualmente el reabastecimiento en vuelo se realiza con

C-130 “Hercules”, un diseño de los años 50 que llegó a España

en los 70. La principal opción que baraja el Ejército del Aire es

comprar tres A330 MRTT , la otra forma de trabajar con material más

actual es unirse al consorcio europeo que gestionará una flota de

estos aviones.

ARMADA

-Buque de Intervención subacuática.

La Armada tiene el “Neptuno”,

construido en Gijón en 1975 y con una actualización de sistemas en

2010. Su sustitución es la prioridad número uno, porque debe estar

listo, en teoría, para la entrada en servicio de los submarinos S-80

en septiembre de 2022, que por otra parte sustituirán a los

submarinos actuales, todos de la primera mitad de los años 80.

-Carro de combate M60 “Patton”.

El vehículo de los años 60 quiere sustituirse por un vehículo 8x8

tipo “Piraña V” con una estación de armas con mayor capacidad

de fuego.

-Cazas de combate “Harrier”. Los

míticos aviones de finales de los 60 llegaron a España en 1987 y ya

han visto sus mejores años. Según dijo el segundo jefe de Estado

Mayor de la Armada en una entrevista a Infodefensa.com en febrero, la

única opción para la Armada es el F-35 estadounidense.

(https://www.infodefensa.com/es/2019/02/21/noticia-almte-urcelay-unica-alternativa-existe-sustituir-harrier.html

)

-Vehículos de asalto anfibio. Los

viejos “LVTP-7” diseñados en los 70 y modernizados a la versión

AAV-7 a finales de los 80 ya han quedado obsoletos. EE UU ha

autorizado la compra de una nueva versión que está pendiente de que

el Gobierno apruebe el presupuesto.

-Helicópteros SH-60B.

Un diseño de los años 70 que llegó a España en 1988. Su

modernización será necesaria en un par de años y para ella se

contempla la participación de la industria nacional.  

Más de una década después del inicio

de la crisis, España puja por recuperar alguno de los programas

surgidos al amparo de la bonanza económica de los año 90, sobre

todo ante la evolución de los teatros de operaciones hacia ambientes

urbanos o de subsuelo y de las amenazas hacia conceptos nuevos, como

la guerra híbrida, o la aparición de otras nuevas como las

cibernéticas.