Opinión
La CUP se come a JXCAT
El debate se centró en Cataluña. Abascal dio su solución. Torra esposado –su sueño húmedo de martirologio–, partidos ilegalizados y todos los independentistas presos. Cosa fácil de hacer porque sólo son un par de millones. Rivera, en fuera de juego y con cara de cordero degollado, blandió sus consignas habituales seguido por Casado que se esforzó, y no consiguió, por un cuerpo a cuerpo con Sánchez. Las tres derechas obtienen votos por Cataluña, pero Cataluña les da la espalda. Solo 6 diputados de 42, dos por partido.
Los socialistas, con un Sánchez duro pero sin rechazar el diálogo dentro de la Constitución y entre catalanes, se la juegan. Por primera vez desde 2008, el PSC puede ganar. La subida de tono con ERC en estos últimos días, con carta de Junqueras a Pedro Sánchez mediante, es la prueba del algodón del pulso por la primera plaza, una vez desahuciados los Comunes de Colau que vagan como alma en pena. Volverán a perder fuelle por la irrupción de la CUP, que les roba votos, y se merienda la mitad de los diputados de JxCAT. Como lo leen, la extrema izquierda se nutrirá de votos de la burguesía catalana de toda la vida, apoyando a sus hijos, motores de los escupitajos, incendios, vilipendios y demás aspavientos. Después del lío a comer el tortell a casa.
Puigdemont a la desesperada ha salido para denunciar que el gobierno español lo quiere secuestrar. Hasta hace poco sugería que lo querían envenenar. Ahora se flagela en público para evitar un fiasco el domingo. De momento, se celebrarán las elecciones porque la CUP es la primera interesada, aunque han criado tantos cuervos que todo es impredecible. Cuervos con forma de CDR que no quieren «ni elecciones ni hostias, sino república ya». Y si no, a liarla antes de volver a casa de papá.
✕
Accede a tu cuenta para comentar