Opinión

Mendacidad igual a clase política

“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Groucho Marx 

Dice la RAE que la palabra mendacidad significa hábito o costumbre de mentir, pues ya he encontrado el ejemplo perfecto para este término. ¿A que ustedes también? Esta herramienta está tan arraigada en la clase política, que ya hasta cuenta con el apoyo del electorado, es decir, sabemos que nos mienten y votamos al que miente menos.

La realidad de todo esto es que siempre hay personas dispuestas a secundarlos porque saben que así podrán benificiarse de la falacia. Nos engañan con sus experiencias laborales, tesis, tesinas, carreras, másteres, propiedades, cuentas bancarias... y seguimos creyendo en ellos, en los expertos en los engaños, manupulaciones y tergiversaciones de la realidad. Se han esmerado y especializado tanto, que ya casi es imposible distinguir entre lo que es verdad o mentira. Es más, les importa muy poco perder la credibilidad, los cambian por otros que dicen la misma mentira de distinta manera y a vivir dos o tres años más del cuento.

Pero resulta que todo esto parece ser que tiene una explicación científica. unos investigadores británicos del University College de Londres, han comprobado que la repetición de las mentiras insensibilizan a la amígdala cerebral, y la repetición de esta conducta, a la que nos tienen tan acostumbrados la mayoría de los políticos, anima a engañar más aún en el futuro. Es decir,  "que la amígdala produce una sensación negativa que limita el grado en que estamos dispuestos a mentir, pero que a medida que se miente más, esta respuesta se desvanece y cuanto más se reduce esta actividad, más grande será la mentira que nuestro cerebro acepte".