Opinión
Agua de Vichy
Llegado el momento de juzgar su tarea, son muy interesantes los intentos que se están dando de aguar el papel que tuvo José Luis Trapero, el jefe de los Mozos de Escuadra durante el 1-O. A todas luces es excesivo afirmar que Trapero fuera el jefe de la policía del independentismo, pero es igual de erróneo pasarse al otro extremo y sostener que fue un pobre hombre víctima del separatismo.
Ni lo uno ni lo otro. Trapero es algo mucho más triste, más común, y más prosaico que las legumbres. Se trata tan solo de esa necesaria y habitual actitud de fariseísmo imprescindible para progresar aquí en Cataluña dentro de la función pública. Sabiendo que hay dos millones de paisanos que, si se te ocurre llevarles la contraria, te vetan radicalmente para todo, aquel que quiere prosperar se dedica al disimulo y fingimiento; para hacer lo que le conviene, para colaborar con quien pueda beneficiarle pero disimulándolo en público.
Son comportamientos extraordinariamente parecidos a los que se daban en la Francia ocupada de Vichy. Afortunadamente, ahora ya nadie propone rapar al cero ni cosas peores a los colaboracionistas por mucho que pretendieran que ellos no conocían a nadie del tercer Reich. Pero tampoco vamos a creernos a los policías que nos dicen que la víspera del 1-O, cuando vieron que los catalanistas ocupaban los locales públicos, les pareció que todo era normal. No, a nadie le pareció una noche más. Mienten. De hecho, estábamos muy preocupados todos los catalanes (unos por unas razones, otros por las contrarias) por lo que podía provocar todo aquello. Ignorar eso sería como otorgar una amnistía encubierta a algunos agentes que, sabiendo perfectamente que todo lo que estaba sucediendo no era normal, no hicieron nada. Hubo tibieza y se facilitó información a quien no se debía.
Una de las excusas frecuentes en Vichy era asegurar no haber hecho nada de malo. Ni de bueno, no te fastidia. Y eso, en el caso de un agente, no merece esquilados, pero sí sanción. Se dice que Trapero lo que quiso fue cuadrar el círculo. Pues entonces se ha ganado un buen rapapolvo por no hacer su trabajo. Porque la ciudadanía le pagábamos no para hacer de geómetra sino para ser jefe de policía.
✕
Accede a tu cuenta para comentar