Opinión
Un político con recorrido
De los actuales dirigentes políticos el que parece que tiene más recorrido es el joven Pablo Casado, presidente del Partido Popular. A los otros cuatro casi nadie les arrienda la ganancia. Ni Abascal ni Iglesias, situados en los extremos, tienen un porvenir claro a medio plazo, a pesar de gozar hoy, por razones distintas y distantes, de un momento de cierto esplendor. A la hora de la verdad, los españoles huyen de los extremismos y populismos como el gato escaldado, del agua fría. Inés Arrimadas, que pretende con algunas dificultades internas administrar la herencia envenenada de Albert Rivera, bastante hará con salir viva del intento. Y queda Pedro Sánchez, un político ambicioso del que pocos se fían, ni siquiera dentro de su propio partido. Ha emprendido una aventura incierta y está en manos de unos socios poco recomendables. Su situación es frágil e inestable a pesar de las apariencias de estabilidad. Saca pecho porque está inseguro. Juega a corto plazo. Depende del BOE, del preso Junqueras, del podemita Iglesias y del «gurú» Iván Redondo. Acaba de cargarse a Fernando Garea como presidente de EFE, todo un síntoma. El día que Sánchez caiga lo hará con estrépito y los históricos del PSOE lo celebrarán con champán.
Pablo Casado, que ayer acudió a La Moncloa por deber institucional, se ha consolidado como jefe indiscutible de la oposición. Es un político que sabe lo que quiere, que no se deja llevar al huerto y que no ha tenido hasta ahora el reconocimiento debido. A pesar de todo, ha superado sin mayor quebranto el traumático relevo de Mariano Rajoy, además de la irrupción de Vox invadiendo el terreno del Partido Popular. Y está, según los sondeos, ganando posiciones. No era fácil tomar las riendas de un partido en crisis y con fuertes divisiones internas, y menos volver a recuperar el terreno perdido. Una de las figuras de su partido, ex ministro y de clara inclinación «sorayista», el dirigente vasco Alfonso Alonso, acaba de declarar a Lucía Méndez: «Casado es un líder por descubrir, mucha gente no lo conoce. Es mucho mejor que la imagen que se proyecta de él». Eso parece. La gran tarea que tiene por delante, cuando van a reactivarse las críticas cargantes sobre su posición en el tablero y, con estrépito, los juicios antiguos contra el PP, es la reunificación del centro-derecha. Es su tarea histórica. Conservadores, democristianos, liberales y los socialdemócratas limítrofes, alcanzarán, si van unidos, el poder. Recuperaría así Pablo Casado el «modelo UCD», con el que se fraguó la Constitución vigente, ahora amenazada.
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