Opinión
Sánchez: la culpa es de los demás
A Winston Churchill jamás se le ocurrió en plena guerra echar la culpa a sus rivales dentro del Partido Conservador de la que se le había venido encima a Gran Bretaña. Y eso que había mil y un motivos no para acusar del desencadenamiento de las hostilidades a Neville Chamberlain, porque la culpa era de Hitler única y exclusivamente, pero sí para afearle su negligencia por la política de apaciguamiento. Pero como quiera que de lo que se trataba era de hincar el diente al Satán nazi, el político más importante de todos los tiempos empleó todas sus fuerzas en derrotarle aun a costa de mucho esfuerzo, más sangre, no poco sudor y millones de lágrimas. Costó pero consiguió una victoria en la que cinco años antes nadie creía. Pedro Sánchez no es Churchill. Su único parecido es el blanco del ojo porque en talento, lo que se dice talento, uno es un liliputiense y el otro Gulliver.
Las comparecencias del presidente, y muy especialmente la del sábado, se cuentan por fiascos comunicativos. En todas siempre deja caer una pullita a la Comunidad de Madrid muy en especial y a las regiones del Partido Popular en particular. Su «Madrid es la región donde más rápido han crecido los casos de coronavirus» lanzado desde el atril de Moncloa pasará a los anales de la indecencia.
Sus cotorras y cotorros mediáticos se dedican a esparcir basura fake contra Ayuso a la que culpan de todos los males olvidando que si la epidemia se ha cebado con su región es porque se desoyeron sus desesperados ruegos dos semanas antes y porque en la capital se autorizó el mayor 8-M de España. A Sánchez le vamos a apoyar para que saque adelante sanitariamente este drama pero no a través del silencio cómplice o de que nos autoamordacemos para ahorrarle las críticas obligadas a un Ejecutivo cuya pasividad multiplicó exponencialmente el número de contagios.
Si algo nos ha revelado esta crisis es la agilidad de la presidenta madrileña que fue la primera en aplicar las medidas de restricción de la movilidad que el presidente Sánchez tardó 45 días en adoptar. Además, tiene triste gracia que quien apela a la unidad pertenezca a un partido que escrachó las sedes del Partido Popular tras los atentados del 11-M. Para lo bueno y para lo malo, él es el máximo responsable de lo que está ocurriendo y de lo que vaya a ocurrir. Basta de escaqueos.
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