Opinión
Adopte y acoja
Se ve claro que este año nos quedamos ya sin Sant Jordi. También peligra la Feria del Libro. Las librerías han de tener las persianas bajadas y los libreros aprovechan para poner a punto el inventario y arreglar tareas pendientes, mientras esperan que el cliente vuelva cuando las cosas se normalicen.
Un sector comercial, el del librero de proximidad, que ya estaba castigado por la competencia de las grandes marcas y por la amenaza del comercio digital, se ve todavía más constreñido por el parón de ventas que supone el estado de alarma y el confinamiento. Encima, muchos habían encargado ya los stocks que pensaban vender en el día del libro. El adversario llamado Amazon, mientras tanto, no deja de avanzar, porque supone la posibilidad de encargar un libro sin moverte de casa.
Yo prefiero desplazarme a la librería y toquetear los libros y hojearlos antes de comprarlos. Leer de pie, junto a una estantería de madera, es para mí uno de esos placeres trufados de grandes momentos y buenos recuerdos que imagino incomprensible para los que no sean muy aficionados a la lectura. Con los libros que tengo ya comprados, todavía pendientes de leer, y la relectura de los clásicos que me gustan, puedo pasarme tranquilamente casi un año de confinamiento sin clicar en Amazon para nada. Pero el miedo razonable de los libreros estos días es que mucha gente que era como yo, se acostumbre al sistema de Amazon y, como somos animales de costumbres, se pierdan, por el filtro de una situación como esta, otro buen puñado más de clientes.
Inventemos la campaña «adopte a un librero». Al fin y al cabo, todos tenemos nuestras librerías favoritas donde nos gastamos al mes una suma constante. Que nos envíen un mail comunicándonos la cantidad y entonces nosotros se la seguimos enviando al mes a una cuenta, aunque no vayamos a visitar su local. A cambio, ellos nos envían por mail unos vales personalizados que podremos intercambiar por libros cuando el confinamiento acabe. No sé si digo una tontería o una cosa así sería viable porque soy totalmente obtuso en cuestiones de organización general, editorial y librera. Pero como concepto me parece hermoso. A ver si algún librero se anima a afinarlo.
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