Opinión

¿Qué fue de Pablo Casado?

Que Pablo Casado será, casi con toda probabilidad, el próximo presidente lo dudan cada vez menos españoles. Y los que lo ponen en tela de juicio dan por sentado que si no se cumple este vaticinio, lo será en la siguiente ocasión. El drama para él es que tal vez no haya tercera oportunidad. Bien porque antes los barones de su partido se lo hayan limpiado, bien porque él mismo arroje la toalla. Y eso que trazar una analogía entre Sánchez y Pablo Casado es, casi, casi, pecado mortal. Es lo mismo que comparar a un mentiroso compulsivo con un castellano honrado al que darle la mano es lo mismo que firmar un contrato, a un tríope con una buena persona y a un tipo con la cabeza alocada con uno que puede presumir de tenerla excelentemente bien amueblada. Creo que acertó los primeros días de marzo al ofrecer una imagen de hombre de Estado cuando se desató la crisis del coronavirus. Los españoles valoran ese sentido de la responsabilidad más de lo que nos pensamos. Lo que no esperaba es que ese silencio sensato se extendiera en el tiempo tras comprobar que el 8-M de Sánchez e Iglesias ha disparado exponencialmente el número de contagios y muertes y que éramos y somos la nación con más óbitos per cápita. El político palentino tiene baraka, esa suerte que hasta Annual los marroquíes atribuían a nuestros africanistas, porque el virus se cebó tres semanas con un Abascal que maneja las redes sociales setenta veces mejor que él, entre otras cosas, porque el PP no entiende de qué va esto de la era digital. Casado ha de dar un paso adelante ya retomando su rol de hombre de Estado juiciosamente crítico a la par que delega en sus lugartenientes el combate sin cuartel a un Gobierno desastroso y desastrado mentalmente. No es de recibo continuar prácticamente callado y obligando a tus escalones inmediatamente inferiores a ejercer, sí o sí, el papel de figurantes. ¿Ha dimitido García Egea? ¿Dónde está Cayetana? ¿Sigue en la política Terol? ¿Se sabe algo de Ana Beltrán? Tal vez es que piensa, como el Rajoy del 2008 al 2011, que el poder le va a caer por castigo. Puede ser que sí… o que no. Y si es que no, el PP se irá al carajo y Vox les comerá la tostada. Y, en el mientras tanto, España empezará a ser Venezuela.