Opinión

No lo entiendo

Va pasando el tiempo bajo el coronavirus; sigue aumentando el número de contagiados; se incrementan las cifras de fallecidos –en no pocos casos, gente cercana– y confieso que, de verdad, que hay cosas que no entiendo. Permítanme que de algunos ejemplos. ¿Por qué se puede ir a un supermercado, al parecer, sin riesgo alguno y los restaurantes y las cafeterías permanecen cerrados por miedo al contagio? ¿Acaso el volumen de los ingresos del negocio implica un mayor o menor riesgo de contagio? ¿Acaso cuánto mayor es la cuenta de resultados más se reduce el peligro de que el coronavirus te muerda? ¿Por qué no se puede acudir a espacios abiertos como un parque –ahora con restricciones– donde se supone que el coronavirus estará más disperso y sí ir a un banco donde no es difícil estar como piojos en costura? ¿Por qué una iglesia u otro lugar de culto constituye un peligrosísimo foco de contagio –por regla general hay más espacio para mantener una distancia de seguridad– y no lo es el más que reducido enclave donde se asienta una caja de ahorros? ¿Por qué las Asambleas de Dios, una denominación evangélica, el 7 de marzo anunciaron que suprimían su congreso nacional en España por el coronavirus y, al día siguiente, 8 de marzo, se celebraron manifestaciones feministas en toda España, manifestaciones impulsadas por el Gobierno y manifestaciones de las que salieron contagiadas incluso vicepresidentas del Gobierno? ¿Por qué, en contra de lo que se ha hecho toda la vida, en lugar de confinar a los enfermos, se mantiene confinados a millones de sanos? ¿Por qué este Gobierno parece mucho más preocupado por reanudar los eventos deportivos que por abrir los centros educativos? ¿Por qué, en contra de desempeñar con competencia y eficacia su función, este Gobierno ha preferido anunciar que va a tratar la epidemia con «perspectiva de género» mientras impulsaba, a la chita callando, una batería de leyes que encajan como un guante en la más perversa agenda globalista? ¿Realmente ha querido y quiere el Gobierno de Sánchez enfrentarse con el coronavirus o está aprovechando el desastre, más que acrecentado por su pésima gestión, para ir avanzando una hoja de ruta que lo afianzaría en el poder, pero que resultaría calamitosa para la inmensa mayoría de los españoles? Cuanto más lo pienso, reconozco que no lo entiendo… o comprendo todo.