Opinión

Una banda de falsificadores

Nada está peor visto en España que jugar con la muerte, aprovecharse de ella políticamente o frivolizarla. Nuestros muertos son sagrados, seguramente más que en ningún otro país. Ésta es una de las mejores costumbres de una nación con demasiadas malas costumbres. La afición de este Gobierno al embuste es patológica y piramidal. Básicamente, porque Pedro Sánchez es un mentiroso compulsivo. Hasta ahí todo dentro de lo normal. Estaríamos simplemente ante un Ejecutivo más mentiroso que los anteriores. Nuestro cabreo se eleva al infinito cuando comprobamos impotentes cómo esta banda, en soberbia definición de Albert Rivera, se dedica a falsificar sistemáticamente las cifras de muertos provocados por una pandemia cuyos efectos multiplicaron exponencialmente al negarse a suspender el 8-M y al no confinarnos una o dos semanas antes. Las trampas de Sanidad darían para un best-seller, vamos, que podríamos estar cantándolas y contándolas una semana y no terminaríamos. La más cantosa de todas fue la que llevó al corresponsal de The New York Times a afear en directo a nuestro presidente su conducta: «No conozco otro país que haya quitado 2.000 fallecidos de las estadísticas del coronavirus». Sea como fuere, la gran mentira sanchista es sustancialmente más gorda: se sigue negando a incluir en las cifras oficiales los más de 10.000 decesos que Madrid y Cataluña se sacaron de la chistera hace un mes admitiendo implícitamente que hasta ese momento habían estado engañando a la ciudadanía. De tal suerte, que el Ministerio tan sólo contabiliza en estos momentos 27.136 fallecidos por Covid-19 en los cuatro meses de pandemia. Una cifra a años luz de la real. Si sumamos, como por ejemplo hace Okdiario, los datos reales de Cataluña y Madrid estaríamos en 40.236. Es decir, 13.000 más, que se dice pronto. Pero si trazamos la comparación entre el número de fallecidos en estos cuatro meses con los mismos periodos de años anteriores, nos situaríamos en unos escalofriantes 48.000. Son delictuosamente tramposos: la OMS obliga a incluir en las estadísticas los casos probados y los probables. Hasta un recién licenciado en Medicina sabe distinguir un cuadro de coronavirus de una simple gripe. Por no hablar de ese Fernando Simón asegurando a diario que «en las últimas 24 horas ha habido cero muertos en España» mientras no pocas comunidades le contradicen. Cruzo los dedos para que esta mangancia tampoco les salga gratis. Se lo debemos a las víctimas y a sus familias.