Opinión
La foto rota
Lo primero que hace una pareja cuando inicia los trámites de divorcio es romper la foto de la boda. Ayer quedó rota la foto de Colón. La hizo añicos solemnemente desde la tribuna del Congreso de los Diputados el líder del Partido Popular. Fue, me parece, el dato más relevante de la tediosa y fracasada moción de censura presentada por Vox contra el presidente Sánchez. Pablo Casado, en el más brillante discurso que se le recuerda, dejó anonadado a Santiago Abascal, autor de la descabellada iniciativa, que no se esperaba semejante rapapolvo «familiar». Sirvió, en contra de las previsiones precipitadas, para resituar a los populares en el centro del tablero político, en el espacio europeísta y de la moderación, entre la derecha montaraz de la moción y la izquierda estrafalaria del sanchismo. Entre Abascal y el dúo Sánchez-Iglesias. Ese fue al menos el propósito de Casado, a quien nadie puede negarle después de este difícil trance, superado con éxito, el liderazgo de la Oposición. Si esta ruptura llega tarde, como opina Pablo Iglesias, o no, habrá que verlo.
Por lo pronto el discurso «canovista» de Casado deja sin argumentos a los estrategas electorales de la izquierda, basados machaconamente en la alianza de las tres derechas. Esto ha dejado de ser creíble. En segundo lugar, su actitud favorece, a poco esfuerzo que se haga, los grandes acuerdos entre socialistas y populares, y alienta el clima de moderación en la vida pública. Lo lógico es que sirva para unir esfuerzos en la lucha contra la pandemia y las pavorosas consecuencias económicas, y, de manera inmediata, en la ordenada renovación del Poder Judicial. La ruptura pública con Vox impulsa la unión o la concordancia entre el Partido Popular y Ciudadanos. Y quedan pocas dudas de que el histórico discurso de Pablo Casado ha tranquilizado a las cancillerías europeas, pendientes de España por múltiples razones, y ha caído especialmente bien en París y Berlín. Es de suponer, en fin, que lo ocurrido estos días en el Congreso de los Diputados haga reflexionar a muchos votantes sensatos de Vox, justificadamente cabreados con lo que pasa, y emprendan el regreso a la casa común. Será la única manera de contar con una verdadera alternativa de Gobierno. Baltasar Gracián atribuye a Nebrija la expresión «tanto monta, monta tanto, romper como desatar». En este caso, dejemos la ruptura en una desatadura.