Política

Ayuso de por vida

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha decidido que no se sienta a ver pasar decisiones erróneas de políticos mediocres y cortoplacistas

Belén Bajo

Thomas Edison decía que toda persona debe decidir una vez en su vida si se lanza a triunfar, arriesgándolo todo, o si se sienta a ver el paso de los triunfadores. La presidenta Ayuso, que se ha puesto Madrid por montera, ha decidido que no se sienta a ver pasar decisiones erróneas de políticos mediocres y cortoplacistas. Ha decidido luchar contra la pandemia sin ahogar económicamente a Madrid ni asfixiar a los madrileños.

Ha decidido arriesgar y si para tener razón, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, tiene que recurrir a Europa pues recurre a Europa. Ha llevado la voz cantante en la exigencia de las PCR en Barajas, en el testeo masivo, en oponerse al estado de alarma, en confinar por zonas sanitarias y ahora con el Sello Garantía Madrid, que certifica los establecimientos que cumplen con medidas antiCovid extra, lidera la lucha y la convivencia con el Covid.

Es referencia en España y en Europa, hasta el asesor de la pandemia en Cataluña alaba la estrategia de Ayuso y ha dicho que le gustaría más trabajar en Madrid. Que venga ahora el independentista Rufián, a decirnos qué política fiscal se debe aplicar en Madrid y acusarnos de ser un paraíso fiscal montado por la derecha, va a consolidar a Ayuso de por vida y a sacarnos una vena nacionalista que no teníamos.

Lo grave no son las rufaniadas de Rufián, lo grave es que el presidente de todos los españoles se avenga una vez más, como ya nos tiene acostumbrados con Iglesias, a bajarse los pantalones y constituya una comisión contra el paraíso fiscal montado por la derecha. «Me convertiré en la peor pesadilla de quienes quieran tocar el bolsillo a los madrileños», ha dicho Ayuso. Queda Ayuso para rato.