Política

De profesión, Idiota

Si esa que se hace llamar la izquierda busca el voto de los pobres y la que llaman derecha el de los ricos ¿A quién le interesa que se perpetúe la pobreza eternamente?

Hace años que encuentro ridículo y acomplejado lo de sentirse de Derechas e Izquierdas (o bien de escaso repertorio); más bien son términos desfasados, que ya no se corresponden con una realidad objetiva entre una población menor de 45 años.

Tampoco encuentro muy razonable que un ser maduro, pensante, sano y bien constituido intelectualmente pueda hacer otra cosa que no sea una digna (y respetuosa) oposición a los poderes de turno. Ya saben, por aquello de “el poder corrompe” y tal…y porque los seres humanos como dice Woody Allen, nos dividimos entre horribles y miserables… y más vale tenernos bajo vigilancia, especialmente a los que ostentan el gobierno, el dinero y el destino de todos.

Sin embargo, ¡vivir para no dar crédito!, hay cientos, miles de personas (los que disfrutan de las colas…) que, ebrias de mayoría, de colectividad, imagino, aplauden embelesadas al ejecutivo y lo defienden como sabuesos, como subordinados seducidos, como tristes asalariados… que lo estarán, no lo duden (los menos ingenuos) … que aquí entre chiringuito y paguita, quien más quien menos percibe lo suyo.

Y reflexiono: Si esa que se hace llamar la izquierda busca el voto de los pobres y la que llaman derecha el de los ricos ¿A quién le interesa que se perpetúe la pobreza eternamente?

Bien, pues a todas esas almas errantes, a esas personas que luchan en una búsqueda desesperada de identidad e integración porque no son capaces de distinguir entre el bien y el mal, y no saben quiénes son, yo les recomendaría hacerse Idiotas Útiles, si es que no lo han hecho ya.

Una profesión de rabiosa (iracunda) actualidad e indiscutible futuro para millennials (y centennials) que no tengan claro el concepto de antifascismo, como tampoco el de fascismo, ni el de socialismo, ni el de comunismo o liberalismo… en todo el orbe, no sólo en España (tampoco creo que tengan muy claras nociones acerca de dónde se encuentra su nariz).

Yo recomiendo a todo aquel que carezca de personalidad y principios, pero ande sobrado de frustración, resentimiento y tiempo libre, que se meta “idiota útil” y de ahí a asaltar el Capitolio de los EEUU o a rodear el Congreso en Madrid, o a la mani de turno, que pin que pan que pun.

La expresión «idiota útil», useful idiot, en ruso: Полезный идиот, se atribuyó a Lenin, aunque no se ha documentado; en jerga política, fue empleada para describir a los simpatizantes de la Unión Soviética en los países occidentales, dado que, aunque el simpatizante se veía como aliado de los comunistas, en realidad era tratado con desdén y cínicamente utilizado por dichos regímenes.

Hoy el vocablo describe al zangolotino que es manipulado por un movimiento político de ideología comunista o no. Gentes que disfrutando de libertad y (una relativa) prosperidad, trabajan apasionadamente para destruir ambas. ¿Les parece extraordinario? No lo es.

Ahora los idiotas útiles pueden encontrarse chapoteando a orillas del idealismo más sensiblero por el camino de la sandez. Ignorantes de las motivaciones ocultas de quienes se aprovechan de ellos y a las que no apoyarían si estuviesen mejor informados, menos aburridos o menos rabiosos.

Imberbes románticos, pipiolos intelectuales que lejos de reconocer y agradecer los avances y la ganancia antropológica que nos ha traído la sociedad de bienestar desean un mundo nuevo, habitado por superhombres, supermujeres y fluides proletaries y se acuestan a lamerle las botas a la más inhumana Ingeniería social que no tendrá piedad de ellos.

La propaganda juega un papel estructural en el desarrollo de este numeroso colectivo, un alimento ponzoñoso y alucinógeno que cocinan en los laboratorios de “más arriba” para alimentar la sensibilidad del tonto y engancharlo rápidamente. De este modo, con un menú adecuado de lenguaje tecnócrata, cursi e híper inclusivo hasta la intransigencia es fácil atomizar una sociedad pretenciosa en grupos aún más controlables y manipulables.

¿Y de postre? Eufemismos; porque al manipular el lenguaje se manipula la percepción y porque el lenguaje es clave en la moralidad y el pensamiento y se refleja en las actitudes y las decisiones de los necios. Y esta es la base de la terapia cognitivo-conductual individual y del lavado de cerebro de las masas que, no lo olvidemos, la publicidad y el marketing realizan todo el tiempo.

En la actualidad española la receta es un éxito: gobierno autoritario y pandemia populista con narrativa de izquierda progresista que utiliza groseramente el aspecto emocional en los argumentos y no deja de crear problemas para luego ofrecer ¿soluciones?

Mientras algunos observamos atónitos, otras personas (personas que sienten, ay…, que llevan un genio dentro) corren atraídas por el olor de semejante mejunje, donde parece que regalan candidaturas a tonto útil en todo el orbe (véase Argentina). Personas peligrosamente emocionales que huelen a “Mimosín” y votan.