Estados Unidos

La revolución biomédica de las vacunas occidentales: una victoria tecnológica sobre China

El supuesto declive de EEUU frente a China no se produce

Alexandre Muns Rubiol

En 1803 el rey Carlos IV mandó a Francisco Balmis a América a difundir la primera vacuna de la historia. En 1796 William Jenner había descubierto que el pus de las ampollas de la varicela vacuna, una aflicción menor, generaba inmunidad contra la varicela, que mataba a millones. Balmis se llevó a 22 niños de orfelinatos a quienes infectaba con la varicela vacuna. Consiguió así vacunar a cientos de miles en las Américas. Desde entonces hasta la autorización otorgada a Pfizer y Moderna en diciembre, la humanidad había producido siempre todas las vacunas dentro de células vivas. Las de Pfizer/BioNTech y Moderna emplean la técnica de messengerRNA (mRNA) en su versión más radical. Parten de la secuencia genética (el ADN) de la proteína del pico que caracteriza a Covid-19 y mediante la cual el virus penetra en las células y se reproduce. El mRNA ofrece a la célula una previsión (mensaje) del ADN de la proteína del pico para que pueda generar la respuesta necesaria. Es un procedimiento sencillo de química industrial que se prevé permitirá producir 2.600 millones de dosis de vacunas mRNA en 2021. Se realizan ya ensayos con vacunas mRNA que con sus mensajes genéticos podrían combatir el cáncer o Alzheimer. Según las cifras del riguroso proyecto Our World in Data de la universidad de Oxford, las inoculaciones de Pfizer y Moderna han vacunado (dos dosis) al 26,3% de la población de EEUU y parcialmente (1 dosis) al 40%. EEUU está vacunando a más de 3 millones de personas diariamente desde hace dos semanas. La tasa de inoculación plena del 26,3% de EEUU sólo la superan Chile (29%, con Pfizer y Sinovac), los Emiratos Árabes Unidos (39%, Pfizer, Sinopharm, AstraZeneca, Sputnik V) e Israel (54%, con Pfizer y Moderna). En EEUU se han registrado más de 568.000 defunciones por Covid-19, mientras que en la disciplinada Alemania de 80 millones de habitantes han fallecido 80.680 personas. Europa optó por priorizar la seguridad y con los confinamientos y restricciones salvó la vida de cientos de miles de personas. El gobierno de Donald Trump y los gobernadores republicanos impusieron limitaciones menos severas a la actividad económica, comercial y social. El informe de primavera del FMI ha revisado al alza la proyección de crecimiento del PIB de EEUU al 6,4% para 2021 después de la contracción de 3,5% del año pasado. La expansión del PIB en la eurozona se ha ajustado a la baja (4,2%) después de los desplomes de PIB en 2020 de España (11,1%), Italia (9,2%) y Francia (9%). De los laboratorios de Wuhan se propagó Covid-19 a todo el mundo por la negligencia intencionada del Partido Comunista Chino. Xi Jinping prohibió los desplazamientos de los 11 millones de habitantes de Wuhan al resto de China pero no a otros países. Después de que el Congreso de EEUU aprobara en marzo el primer paquete de estímulo por valor de 2 billones de dólares, se destinaron 20.000 millones para el programa Operation Warp Speed. Dicha asociación público-privada apostó por las farmacéuticas con la tecnología más avanzada. Nueve meses después la FDA autorizó la utilización de las vacunas de Pfizer y Moderna después de la recomendación favorable de expertos independientes. A diferencia de las de Rusia y China, las farmacéuticas de EEUU completaron las tres fases de ensayos (cada una con ratones, monos y personas) con suficientes voluntarios. Sus vacunas tienen una eficacia superior (Pfizer 95%, Moderna 94%). A fecha de 21 de abril se habían administrado 213 millones de dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna en EEUU. La UE ha renunciado a la adquisición de 300 millones de dosis de las vacunas de Johnson & Johnson y de AstraZeneca y comprará 100 millones de dosis adicionales de la de Pfizer. China ha administrado 195 millones de dosis de Sinovac y Sinopharm a su población, pero su eficacia es del 50% según el estudio brasileño y 83% según el estudio turco. La OMS aún no ha certificado que las vacunas chinas alcancen su umbral mínimo de eficacia. El propio director del Centro de Control Enfermedades de China, Gao Fu, afirmó el 11 de abril que «las vacunas chinas no tienen altas tasas de protección». Rusia informa que ha vacunado plenamente al 4,3% de su población. Rusia y China han convertido a países emergentes y de menor desarrollo desesperados por contener su mortalidad en sus laboratorios al exportarles vacunas de menor eficacia y seguridad. El supuesto declive de EEUU frente a China no se produce. El PIB de EEUU asciende a 22,6 billones, mientras que el de China es de 16 billones. El coloso asiático padece envejecimiento de su población y carece de hidrocarburos. EEUU es el primer productor mundial de petróleo y gas natural. Con sus ilegales 200.000 millones de dólares de subvenciones a empresas tecnológicas chinas y robo de tecnología mediante ciberataques, Beijing ha reducido su retraso respecto a Occidente. Pero la promesa de la técnica de vacunación mRNA para la biomedicina demuestra que no es buena idea apostar contra la I+D+i, capacidad industrial y sacrificio de las democracias bien gestionadas.