Inflación
¿Inflación?
Una subida importante de los tipos estadounidenses contribuiría a depreciar el euro, lo que nos llevaría a importar inflación
La inflación ha regresado con fuerza tanto a la Unión Europea como, sobre todo, a Estados Unidos. Al otro lado del charco, la presión que están ejerciendo los precios ya es la más elevada desde 1992 (si tomamos el indicador preferido por la Reserva Federal, el Personal Consumption Expenditures) y en España el IPC se halla en su nivel más alto desde 2018. Es verdad que, de momento, este incremento de los precios está vinculado a restricciones de la oferta (derivadas de la pandemia) dentro de un contexto de estímulo de la demanda (derivado de los programas fiscales y monetarios ejecutados por la mayoría de gobiernos) y no tanto al sobrecalentamiento de una economía que ya ha alcanzado el pleno empleo de los recursos. Especialmente en Europa todavía resta mucha capacidad ociosa que podría ir reactivándose durante los próximos meses (o incluso años) conforme vayamos regresando a la normalidad, lo que tendería a moderar la inflación. Sin embargo, no habría que desdeñar los riesgos inflacionistas que podrían terminar conjurándose. Por un lado, en EEUU sí empiezan a vivirse tensiones más importantes en los mercados de factores productivos, sobre todo en el mercado de trabajo (recordemos que antes de la pandemia habían alcanzado el pleno empleo), lo que conlleva el riesgo de que entren en una espiral salarios-precios (ante la actual inflación, los trabajadores podrían renegociar sus salarios al alza y los empresarios podrían reaccionar encareciendo adicionalmente sus precios para mantener sus márgenes). Por otro, si se temiera que la Reserva Federal no va a actuar con contundencia ante un enquistamiento de las expectativas de inflación, entonces los propios agentes económicos podrían optar por buscar refugio en otros activos mejor gestionados que el dólar, lo que cebaría adicionalmente la inflación por pérdida de valor de la moneda. Y si EEUU experimenta una inflación que termina obligando a la Reserva Federal a subir los tipos de interés, no pensemos que la suerte de la Eurozona será muy distinta: una subida importante de los tipos estadounidenses contribuiría a depreciar el euro, lo que nos llevaría a importar inflación (las importaciones, algunas de las cuales son difícilmente sustituibles en el corto plazo como el petróleo, nos saldrían más caras a los europeos), lo que a su vez también terminaría arrastrándonos a subir tipos de interés. En ese contexto, estar tan endeudados como lo está España sería una actividad de muy alto riesgo.
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