
V de Viernes
Las grietas del autoconsumo
Los propietarios de paneles fotovoltaicos también se quedaron sin luz el día del blackout, incluso disponiendo de baterías
En España llegamos tarde al autoconsumo y además llegamos mal. La sorpresa de los propietarios de instalaciones fotovoltaicas el pasado 28 de abril fue ver como cuando llegó el apagón, también ellos se quedaron sin energía, incluso disponiendo de baterías. La razón está en que nuestro sistema de autoconsumo no es autosuficiente sino que está completamente condicionado por la red, de manera que si se va la luz en el barrio, las instalaciones solares de ese distrito también se van a cero. Algo más que decepcionante, pues la tecnología permite la autonomía, y caso de haberse organizado bien, las consecuencias del blackout no hubieran sido tan enormes, pues al menos se hubieran librado los hogares con placas fotovoltaicas individuales o colectivas. No fue así, y habría que exigir las empresas y las administraciones que actualicen los sistemas para que el autoconsumo deje de ser frustrante para quienes han invertido parte de sus ahorros en poner placas en los tejados.
Parece mentira que teniendo más horas de sol que ningún otro país de Europa, llegáramos tarde y a trompicones a algo que otras naciones tienen resuelto desde hace años. Demasiados errores apostando primero por energías obsoletas, y ahora haciendo mal la implantación renovable. Nos dedicamos a arrancar olivos para convertir campos cultivables en huertos solares, perjudicando claramente al mundo rural. Y además las plantas domésticas son completamente interdependientes de la red, por lo que agravan el problema de sobresaturación de la producción solar es en los meses más soleados.
Un problema que estaría perfectamente subsanado de haber obligado las administraciones a establecer en cada instalación sistemas de seguridad o de relpaldo, como ha explicado en LA RAZON Cristina Ruiz, exponiendo el caso de la familia García, que no se quedó ni un solo segundo sin luz gracias a la contratación de una tecnología que permite operar en lo que se denomina el “modo isla”, al incorporar un back-up box o caja de respaldo, dispositivo diseñado para actuar como sistema de emergencia en caso de corte en la red. Cuando se interrumpe el suministro, este componente permite que los paneles solares sigan generando energía, reactivándose mediante la batería de almacenamiento y funcionando como si fuera una pequeña red eléctrica local. Como la generación solar puede verse afectada por la ausencia de sol, el sistema activa también automáticamente las baterías para garantizar que siempre haya suministro eléctrico, al menos para las cargas esenciales del hogar, equilibrando la producción, el uso de las baterías y el consumo en tiempo real.
El hecho de que el 99 por ciento de las instalaciones domésticas fotovoltaicas carezcan de este sistema de respaldo es para muchos especialistas una circunstancia que aumentó claramente las consecuencias del apagón, pues no se cortaron y siguieron vertiendo kilovatios a la red, agravando el problema de volcado de un mayor volumen de energía no estable ( técnicamente denominada “asíncrona”) de manera más que considerable.
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