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Maialen, simplemente

Cuando Maialen subió al podio, tan sencillamente, muchas lo hicimos con ella

La campeona del equipo estadounidense de gimnasia no estaba destinada al triunfo en Tokio. Simone Biles hizo mal el ejercicio inicial, se enfundó el chándal y desapareció entre rumores y titulares sobre su estado psicológico. «Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos. Ya no confío tanto en mí misma, quizás esté envejeciendo. Hubo un par de días en que todo el mundo hablaba de mí y entonces sientes el peso del mundo», declaraba. La presión pudo con la enorme atleta, de 24 años, que le dijo a la NBC que se encontraba bien físicamente pero que «internamente» necesitaba «dar un paso a un lado».

Frente a la grandilocuencia de los focos made in USA, la campeona española de ayer, Maialen Chourraut, fue una vasca cuya principal preocupación en estas olimpiadas era dónde dejar a su bebé, Ane. Ni el precio de los billetes ni el de los hoteles permitía el viaje de la cría a Japón, que se quedó al cuidado de los tíos. Maialen se trasladó a Tokio con su marido y entrenador, Xabi Etxaniz y, como rezan los cánones, no pudieron dormir juntos durante las pruebas. Conseguida la plata heroica, la mujer no pensaba sino en regresar a su tierra para abrazar a la niña. Han sido largos años de entrenamiento, recrudecidos por el covid. Maialen y Xabi dejaron la Seo de Urgel, donde vivían, y se marcharon a San Sebastián, lo que supuso recorrer la zona por las carreteras con una canoa en el techo del coche, para poder entrenar en el Bidasoa o el Urumea. El pequeño tamaño de la piragüista obligó además a cambiar de canoa hasta 25 veces, para encontrar la adecuada. Cuando Maialen subió al podio, tan sencillamente, muchas lo hicimos con ella. Sin focos ni mallas de lurex, somos las que sufrimos en la distancia el mal sueño de nuestros hijos, que nos echaban de menos; las que no teníamos dinero para hoteles de relumbrón; las que nos formábamos a contrarreloj, entre biberones. Ole, campeona.