Opinión

175 años de La Salette

El impacto que esta aparición creó en toda la cristiandad, especialmente en Francia, fue enorme, incluso con implicaciones políticas

Hoy se cumplen 175 años de una aparición mariana reconocida por la Iglesia y definida por S. Juan Pablo II como «el corazón de las profecías». Sucedió en La Salette, paraje de los Alpes franceses en la diócesis de Grenoble, tal día como hoy de 1846. Sin duda el mensaje dado a los dos pastorcillos y los secretos correspondientes, pertenecen al género escatológico —de los últimos tiempos— en coherencia con el libro del Apocalipsis.

El impacto que esta aparición creó en toda la cristiandad, especialmente en Francia, fue enorme, incluso con implicaciones políticas. Tanto fue así que el Emperador Napoleón III obligó a exiliarse a la vidente Melania ante el anuncio de que él traicionaría al Papa y sería castigado por Dios con la pérdida del trono. Como con otras muchas profecías, ésta también se cumplió cuando en 1870 retiró la guarnición francesa de Roma, precipitando la pérdida definitiva de los milenarios Estados Pontificios, y resultando derrotado por Bismarck en Sedán y enviado al exilio.

Francia, considerada la «fille aîné de l’eglise» —la hija primogénita de la Iglesia— tras la conversión del rey de los francos Clodoveo en 496, padecía los estragos causados por la Revolución con la pérdida de la fe por el pueblo. La Virgen, como hará en Fatima en 1917, vendrá a prevenir de las consecuencias de la apostasía manifestada en forma de diversas calamidades y guerras, cumplidas primero con la guerra francoprusiana y después con las dos guerras mundiales. «En el corazón de las profecías» sigue vigente La Salette.