PSOE

Octubre

Notas del 1 de octubre, Moncloa ha anunciado una oficina del Español como la de Toni Cantó y ojalá la monte en Barcelona. Sánchez ha estado en en Galicia y, como en los otros sitios, va por ahí sacando pecho. El sanchismo es una forma de jactancia, pero quién se puede quejar, si uno mira el mundo y dicen que da gusto verlo. No se entiende qué hace mi Españita que no sale a la calle con el cuerpo pintado de colores, a bailar, a abrazarse y a celebrar este brillante y nuevo tiempo. Recomiendan no olvidarse del paraguas: dicen llueve el dinero. Uno de los argumentos del orgullo pedrista y de este ‘España va bien’ revisitado es que estamos mucho mejor que en septiembre de hace un año en todos los aspectos y por supuesto también hemos mejorado con respecto a 2020. Lo asombroso sería que estuviéramos peor, pero para el Gobierno, todo lo que no sea morirse es motivo de celebración. Ahí es donde se esconde su secreto y la clave de su éxito.

Albert Camus y Sánchez creen que el otoño es una segunda primavera. Cada hoja será una flor. Octubre es un mes solemne, un tiempo profundo. Ya habrán prendido los primeros musgos. De las feroces tundras, ya habrá comenzado la paloma torcaz su larguísimo viaje azul y en los hayedos cualquier día prenderá un relámpago naranja y amarillo.

Octubre de chambergo, hojarasca y unilateralismo. Cuatro años han pasado desde el primero de octubre catalán. Se equivocó la paloma y también Carles Puigdemont que hoy apuesta por un choque frontal con España mientras se sigue fugando de la justicia española. El ‘procés’ ha sido el mayor equívoco de la historia reciente de nuestro país, una ‘babel’ indepe en la que los que convocaron el referendum ha resultado que no querían la independencia. Jugaban, negociaban, se les fue la mano con la broma. Ahora están muy divididos entre los que piden el cielo y los que piden un imposible y nadie se atreve a decir que el emperador está desnudo. Hoy soplan velas la tristeza, el miedo y la discordia. No tengo nada que celebrar.