José Luis Ábalos
Canela fina | José Luis Ábalos
Ábalos ha reaccionado a las insidias con seriedad, como un gran político, como lo que es
Hija de la ignorancia y hermana gemela de la envidia, al decir de Miguel de Unamuno, la calumnia emponzoña la vida española. Algunos espacios de televisión, preocupados solo por la multiplicación del cliqueo, han convertido a la nación en un patio de vecindad inundado por el rumor, el bulo, la insidia y la calumnia. Todo vale para ganar audiencia. El viejo periodismo amarillo se ha intensificado hasta la náusea.
José Luis Ábalos es un socialista serio, constructivo y tenaz, que ha demostrado impecable lealtad a sus ideas y al liderazgo de Pedro Sánchez. Inteligente, capaz, trabajador es uno de los activos indiscutibles del PSOE. El éxito le ha acompañado a lo largo de una dilatada vida política. Tendrá defectos como todos los tenemos, pero se convirtió, por méritos y eficacia, en el mejor ministro del Gobierno Sánchez.
No le conozco. Apenas le he saludado un par de veces. Me di cuenta enseguida de que estaba por encima de la mediocridad general que caracteriza a la clase política española, porque es la mediocridad y no la corrupción, siendo ésta grave, la que define a nuestro políticos. No a todos, claro. Se podrá coincidir o se podrá discrepar de la ideología de José Luis Ábalos y yo me encuentro entre los que discrepan. Pero negar al político socialista capacidad, seriedad y aciertos es ofender la objetividad.
Víctima de una insidiosa campaña sin fundamento político me parece obligado rechazar las calumnias, las insidias y los bulos con los que se ha pretendido desprestigiarle. Nada más lamentable que el linchamiento público de una persona honorable que ha servido a su país con dedicación, sin regatear una hora de trabajo a su gestión.
José Luis Ábalos, en fin, ha reaccionado al aguacero de las insidias con seriedad y sin aspavientos, como un gran político. Como lo que es. El «calumnia que algo queda» de Beaumarchais no podrá emborronar la hoja de servicios a la nación de este valenciano moderado y prudente que ha mantenido el equilibrio en medio del zarandeo al que está sometida la vida política española.
Luis María Anson, de la Real Academia Española
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