Sin Perdón

¿Debe dimitir el Fiscal General del Estado?

«El daño reputacional para el Ministerio Fiscal es enorme»

Estamos ante una decisión personal que afecta a un órgano constitucional que forma parte del Poder Judicial. Es cierto que Sánchez no se ha enterado de esto último y considera que es de su «propiedad» como si fuera un ministerio. Esto último está en las antípodas del espíritu constitucional y muestra una deriva autoritaria inaceptable en cualquier democracia. Ni siquiera la Administración Pública es suya, sino que está al servicio de la sociedad. A estas alturas he renunciado a que entienda o acepte conceptos tan deslumbrantes como fundamentales para cualquier demócrata como son el Estado de Derecho y la separación de poderes. Se tendría que preocupar más de su legado que de seguir empeñado en gobernar como un autócrata. Es cierto que ha preferido rodearse de mercenarios y hooligans, salvo excepciones. El magistrado instructor de la causa que afecta al Fiscal General ha decidido enviarla a juicio oral. Por supuesto, han surgido los juristas que nunca han estudiado Derecho o lo han hecho con más suerte que luces descalificando la decisión. En estos tiempos de la justicia populista que promueve el poder, al estilo del régimen autoritario mexicano, a la izquierda solo le gustan las decisiones que perjudican a sus enemigos. En este caso consideran que no hay fundamento y espero ahora leer lo que escriba Pérez Royo, porque no coincidir con él es un síntoma de acierto. Es lo mismo que discrepar de las felonías de Conde-Pumpido, Segoviano, Montalbán, Díez y Balaguer. Por supuesto, el Fiscal General no renunciará tal como hace días lleva diciendo y en esta misma línea se ha expresado La Moncloa. Es un precedente muy interesante, porque la izquierda política y mediática pierde cualquier legitimidad para pedirlo a partir de ahora. No puede ser que en un caso se exija una cosa y en otros no sea así. El daño reputacional para el Ministerio Fiscal es enorme, ya que ver sentado a su máximo responsable en el banquillo de los acusados tiene un gran impacto no solo nacional, sino internacional. Es algo que tendrá que valorar. No hay duda que será uno de los juicios más mediáticos de nuestra historia reciente. A Conde-Pumpido no le importaría el desprestigio, pero no sé si su actual titular podrá aguantar la presión y las críticas que recibirá.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)