Opinión

«Aliados en el camino»

Como era previsible en una situación como la que vivimos, llena de confusión en la política y –hay que reconocerlo, dolorosamente también en la Iglesia– está dando mucho que hablar la calurosa audiencia del Papa a Yolanda Díaz, la más significativa dirigente comunista del Gobierno de Sánchez. No ayudan a templar los ánimos y ver el lado positivo de dicho encuentro las declaraciones de alguien tan significativo del PCE como Enrique Santiago, que es el Secretario General del partido, y por cierto –y este es un dato a retener– el responsable inmediato desde el Gobierno de la gestión de la globalista Agenda 2030 como Secretario de Estado de la misma.

Para conocer lo que piensa, recordaremos unas declaraciones suyas de 2019 afirmando en una entrevista en tv en relación a la revolución bolchevique triunfante en junio de 1923, que «estaba claramente justificado» el asesinato del Zar Nicolás II junto a toda su familia, los Romanov, sucedido en 1918; y que en la hipótesis de que en España se dieran las mismas condiciones que en la Rusia de 1917, «indudablemente iría, no al Palacio de invierno, sino al de La Zarzuela». Preguntado sobre si estaría dispuesto a asesinar al Rey como Lenin con el Zar, afirmó entre risas que «si se dieran las mismas circunstancias, indudablemente lo haría»; aunque condescendiente añadió que «dependería de la respuesta del monarca para hacerlo, o no».

Pues bien, este mismo secretario general del PCE comentó ayer el encuentro del Papa con Yolanda Díaz en una entrevista en la SER, afirmando que «está extrañado por la sorpresa provocada por dicha visita, cuando es sabido que este Papa es un aliado en el camino». Se refirió a que siempre ha habido una unidad entre el partido y sectores de la Iglesia que buscan proteger lo común, y que «el partido ha tenido importantes sacerdotes entre sus filas y algunos de ellos en el Comité Central». En ese camino es donde considera a Francisco como un aliado.

Es evidente que los comunistas están satisfechos con esa visita, y no habría nada que objetar, sino todo lo contrario, si esa presunta coalición entre ellos y el Papa, como «aliados en el camino», les lleva por la senda de la conversión. Al fin y al cabo Jesucristo vino a salvar «no a los justos, sino a los pecadores»; y eso lo somos todos, incluidos los comunistas, sin duda. Como la esperanza es una virtud teologal –que no el optimismo laico– recemos los creyentes y esperemos los frutos de esa travesía con estos nuevos aliados en el camino de la conversión que diariamente todos hemos de recorrer. Aunque no sé si todos hablamos del mismo camino.