Pedro Sánchez

Con las cosas de comer no se juega

Para Sánchez, un ministro de Podemos puede decir que en España hay presos políticos, pero no criticar la calidad de la carne

Lunes (sin duda otro bulo de la derecha y de la extrema derecha). He paseado a los perros en el bosque entre la niebla, me he comprado un soldador para soldar España y he asado dos kilos de carne de cadera. He escuchado a Su Pedridad en una entrevista en la Cadena Ser, dónde si no. Suena como siempre y donde siempre. A la cuesta de enero tú le pasas el filtro de Moncloa y funciona como la cuesta mágica del Moncayo: dejas a España en punto muerto y sube sola la carretera por fuerza del pedrismo.

Con todo, el presidente se ha puesto mustio el presidente con lo de Garzón, cuando dijo que España exporta carne de mala calidad provenientes de animales maltratados en granjas de cinco mil cabezas, más cabezas que en una de vaqueros. Sánchez dice que lo lamenta muchísimo y que la carne en este país es buena, no hay más que ver “sus estándares”. Ya lo dijo Ortega: “Yo soy yo y mis estándares”.

Estoy pensando en todas las otras veces en las que las dos partes del Gobierno se llevaron la contraria y si hago la cuenta, Sánchez nunca se ha puesto así por nada. En este país, un ministro de Podemos puede decir que hay presos políticos, que vivimos en un estado filofascista-cochino-heredero de-una-dictadura con una policía y un sistema judicial trufado de franquistas donde no se respetan las libertades de los ciudadanos y los presos terroristas son héroes de la paz, y Sánchez no dirá nada. Pero que no se le ocurra a ministro de consumo criticar la calidad de la chuleta española o decir que hay que consumir menos carne. Entonces, manda al Gobierno en tromba y se arriesga a que lo cesen. Se ve que el asunto de la carne le toca a Sánchez la fibra y un poco la intención de voto en las encuestas de las autonómicas de Castilla y León. Con las cosas de comer no se juega.