Opinión
Multas contra soldados
Sánchez había alegado para justificar su negativa a pactar un Gobierno de coalición con Podemos –además del insomnio generalizado que causaría entre los españoles– que «era inimaginable un Ejecutivo con una parte de él en contra de los indultos a los condenados por el procés, y con otro sector a favor». En la coalición de Gobiernos existente ante la crisis en Ucrania, ahora nos encontramos que la parte del Gobierno socialista anuncia el despliegue de efectivos militares aéreos y navales a Bulgaria y el Mar Negro, respectivamente, como contribución española para garantizar la soberanía de Ucrania en el marco de la OTAN; mientras, la parte del Gobierno podemita rechaza esta actuación.
Con cinco ministros –entre ellos una vicepresidenta– claramente miembros de la dirigencia comunista en España, se les hace muy duro tomar partido en una guerra contra la Rusia de Putin. Si a ello le añadimos que el pacifismo es un signo inexcusable de su identidad política, el escenario al que se ven abocados es complicado de asimilar. En todo caso, no consta que el despliegue aéreo vaya a estar bajo el mando de Julio Rodríguez, que fuera JEMAD y es General del Aire. Aunque retirado, sería un gesto político que claramente colocaría a Podemos en el bando aliado occidental, pero los tiros –nunca mejor dicho– no parecen ir por ahí.
La situación actual puede recordar a los momentos previos a desencadenarse otros grandes conflictos en la Historia, con una creciente tensión que no puede mantenerse indefinidamente ni por razones logísticas ni económicas. Putin ha jugado muy fuerte y no puede retirarse a sus cuarteles de invierno si como mínimo no obtiene garantías ciertas y públicas de que Ucrania no se integrará en la OTAN, lo que es tanto como dejarle las manos libres para anexionarse el país en otro momento posterior. Por su parte, tras la desbandada de Kabul, Biden tampoco puede ceder sin más, pero no es fácil que los estadounidenses estén dispuestos a entregar sus vidas para garantizar la libertad de Ucrania.
Y de los aliados europeos, tan pacifistas ellos, no es necesario hablar; este suceso está poniendo ante los ojos del mundo la debilidad del otrora continente faro de la humanidad. La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen, anterior ministra de Defensa con Angela Merkel, amenaza a Rusia «con sanciones masivas» si hay una invasión. Esa es la diferencia: Putin envía sus tropas a guerrear, y Europa le amenaza con ponerle una multa. Pero eso sí, de elevada cuantía, no vaya a creerse Putin que una invasión le saldría gratis.
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