Francisco Marhuenda
La derrota de la izquierda y Ciudadanos
El PSOE debería reflexionar sobre su derrota, porque no ha conseguido ninguno de sus objetivos
A pesar de la campaña brutal contra el PP y su presidente nacional, Pablo Casado, y los titánicos esfuerzos de la izquierda política y mediática, la realidad es que el PSOE ha sufrido una enorme derrota, Podemos es irrelevante, como viene siendo habitual, y Ciudadanos sigue inmerso en su proceso de desintegración. Es un resultado que es otro jarro de agua de fría para La Moncloa. Mañueco ha aumentado el número de procuradores, ha superado a los socialistas recuperando la condición de primera fuerza y podrá gobernar. Es cierto que los populares deberán analizar el resultado en aquellas provincias donde no han superado al PSOE para aprovechar la nueva legislatura y esforzarse en recuperar el terreno, así como tener en cuenta la irrupción de «Soria ¡Ya!» que consigue un gran resultado en esta provincia. La victoria de Vox es muy grande, ya que se sitúa como la tercera fuerza y tendrá un grupo parlamentario que será decisivo para garantizar la gobernabilidad. Es una nueva oportunidad para acabar con la estrategia de estigmatización que sufre de políticos y periodistas de izquierdas. Es un partido de derechas, constitucionalista y patriótico, algo que irrita a sus adversarios.
No hay ninguna razón objetiva para que el PP y Vox no mantengan unas relaciones cordiales como sucede en el resto de España. Es lo que más teme Sánchez, porque día tras día se va quedando sin argumentos para seguir con su estrategia movilizadora de la izquierda en base a un miedo infundado e inconsistente ante la existencia de esta formación. Otro aspecto fundamental es la práctica desaparición de Ciudadanos que se ha situado en la irrelevancia. Es bueno recordar que otro fundamento de la estrategia socialista es favorecer que el centro derecha esté fraccionado en tres partidos. Conforme las elecciones van marcando un camino hacia su extinción, es evidente que en las municipales, autonómicas y generales esta realidad favorecerá claramente que Casado pueda conseguir la presidencia del Gobierno. No importa que el PP tenga que necesitar a Vox, que, por cierto, está lleno de antiguos militantes y dirigentes populares. El PSOE debería reflexionar sobre su derrota, porque no ha conseguido ninguno de sus objetivos. Ni siquiera el voluntarismo de sus voceros puede esconder su amargura.
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