Elecciones Castilla y León
Sánchez y la abstención que nadie pide
La izquierda política y mediática ataca a Abascal y su partido diciendo majaderías
La capacidad de Sánchez para remontar el desastre de su partido en Castilla y León es fascinante. Ha conseguido centrar la discusión en una posible abstención del PSOE que planteó el bocazas del alcalde socialista de Valladolid, Óscar Puente, y le siguió su colega de León, José Antonio Díez. La realidad es que nadie la ha pedido o planteado en el PP. Han pasado tres días desde las elecciones y Sánchez ha conseguido que no hablemos del fracaso socialista, que ha perdido siete procuradores y la primera posición, o la catástrofe del partido marioneta de Pablo Iglesias que tiene solo uno. En la espiral del disparate que asistimos el martes, hay que destacar al presidente del Gobierno hablando de esa abstención y poniendo como precio que Casado ordene un cordón sanitario en toda España a Vox. Esa sería la condición para hablar y supongo que para apoyar a Mañueco tendría que ir de rodillas a la Moncloa, vestido con un sayo y con ceniza en la cabeza. Por supuesto, con una camiseta que ponga “I love Sánchez”. Es todo realmente esperpéntico. El líder del PSOE puede tener como socios preferentes a comunistas, antisistema, bilduetarras e independentistas, pero Casado no puede permitir que el partido de Abascal le apoye en Madrid, Andalucía o Castilla y León.
La realidad es que ha conseguido su objetivo y los periodistas hemos comprado la mercancía deteriorada que nos ha colocado la poderosa maquinaria de propaganda socialista. No ha pasado todavía nada, pero se aduce que sería un escándalo en toda Europa que Vox participara en el gobierno castellanoleonés. Y todo porque es un partido que va contra los derechos y libertades. Un auténtico despropósito. Es todo una enorme mentira, pero nos hemos acostumbrado a que los políticos mientan sin ningún rubor con tal de conseguir sus fines. La izquierda política y mediática ataca a Abascal y su partido diciendo majaderías. Es bueno recordar que esas acusaciones que alegremente lanzan algunos periodistas son delitos tipificados por el Código Penal y perseguibles de oficio por la Fiscalía General del Estado. La realidad es que son afirmaciones fake, pero que buscan crear un clima social que justifique un cordón sanitario contra un partido que respeta el ordenamiento constitucional.
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