Senado

Sánchez reta al PP a romper con Vox si quiere la abstención del PSOE en Castilla y León

El PSOE no tiene intención de salir al rescate de Mañueco y busca despejar el debate de su voto en la investidura

Dos meses después, Pedro Sánchez, ha vuelto al Senado para someterse a la sesión de control al Gobierno. Una sesión que ha estado marcada por el resultado electoral en Castilla y León, en la que ha supuesto la primera reacción pública del presidente del Gobierno a la derrota electoral de los socialistas. El portavoz del PP en la Cámara alta, Javier Maroto, ha comenzado su interpelación pidiendo que Sánchez “ponga de patitas en la calle a Tezanos antes de que acabe el día de hoy”. “Por segunda vez ha permitido que el CIS sea utilizado en su propio beneficio político. ¿No le da vergüenza utilizar así los recursos públicos?”, le ha preguntado, apuntando que el Ejecutivo intenta “ganar en las encuestas lo que no gana en las urnas” recurriendo a una “anomalía democrática”.

Maroto ha mantenido la estrategia del PP de personalizar en Sánchez la contienda en Castilla y León y ha aseverado que “el domingo fue usted el que perdió las elecciones en Castilla y León”. El portavoz popular ha anticipado que, a partir de ahora, tocará escuchar “la matraca de siempre”, la “alarma antifascista y que viene la ultraderecha”. Esto, a pesar de que Alfonso Fernández Mañueco haya “dejado claro que quiere un gobierno en solitario”. “Quien tiene más ganas de ver a Vox gobernando en Castilla y León no es Abascal, es usted”, le ha espetado Maroto al presidente del Gobierno, animándole a escuchar “las voces autorizadas de su partido” que están planteando una abstención del PSOE para que gobierne el PP en solitario. El portavoz en el Senado ha llamado a que Sánchez escuche a sus alcaldes -de Valladolid y León, que se han pronunciado en este sentido- y que no les “ponga una mordaza para evitar el partido”.

Por su parte, el presidente del Gobierno ha atacado al principal partido de la oposición, planteando dudas sobre de quién partió la convocatoria electoral, si de Pablo Casado o de Mañueco, por las buenas expectativas electorales que les daban la “derecha demoscópica”. “Les dijeron que iban a arrasar y ahora nos encontramos con que van a tener que pactar con Vox para garantizar un gobierno estable”, ha recriminado. Sánchez ha despachado la responsabilidad al PP por la relación con Vox que ha ido tejiendo en otros territorios como Murcia, la Comunidad de Madrid o Andalucía y ha ofrecido a los populares la abstención del PSOE a cambio de que “rompan todos sus acuerdos con la ultraderecha”. “Si quiere pedir la abstención del PSOE en Castilla y León explique por qué la quiere. Si explica que la ultraderecha es un peligro para la democracia y que hay que ponerle un cordón sanitario, a lo mejor nos podemos entender”, ha señalado.

Tal como publicaba hoy este periódico, en los socialistas no están dispuestos a salir al rescate de Mañueco sin pedir nada a cambio y quieren ver una vocación real del PP de romper con Vox, si quieren la abstención de los socialistas. A juicio de Sánchez lo capital el 13-F no es quién ha ganado las elecciones, sino quién ha salido ganando. “Quien ha salido ganando ha sido Vox y quien ha salido perdiendo has sido Castilla y León, porque utilizaron Castilla y León para algo muy ajeno a los intereses de esa tierra”, ha señalado el presidente, que inmediatamente ha resuelto que el Gobierno estará vigilante a que se garanticen los derechos fundamentales y no se cuestionen por parte de Vox. “Contará con la respuesta contundente y firme dentro de la legalidad del Gobierno de España”, ha asegurado.