Cultura

El tanganismo

Tangana es lo mejor que le ha pasado a España en mucho tiempo

Lo mejor que le ha pasado a España en mucho tiempo es que apareciera C. Tangana. Olvídense de las oficinas que venden al exterior un producto tan perecedero como falso. Ahí está cómo se abraza el Madrid flamenco con América y cómo el mismo que se arrodilla ante una marcha del Rosario de Cádiz puede estar «follando en Berlín escuchando un tecno que me hacía empujarla como un animal». Para eso no hace falta la voz que todos y cada uno de los cronistas del pasado sábado echaban de menos. ¿Qué voz? Ni que hubieran ido a una gala de «Operación Triunfo» o «Idol Kids». ¡Y pensaba que yo estaba mayor! Ya puedes tener la capacidad vocal de Plácido Domingo que si la voz no está sudada provoca la misma decepción que un cajero sin saldo.

La comparación con la falsa reseña que el «New York Times» nunca publicó sobre Lola Flores («No canta, ni baila pero no se la pierdan») de tan manida resulta un «fake» de otro «fake». C. Tangana es un maestro de ceremonias que resucita aquello que no podía pronunciarse porque era como ir de catetorro. Bolero, flamenco, marcha de semana santa tomada como un solo de jazz, todo agitado sin vergüenza con el trap y el achilipú. Y el espectáculo costará olvidarlo porque vendrán otros y lo harán aún más bueno. Años hacía que no pasaba por aquí un terremoto así. Las carnes abiertas y el hígado absorbiendo el alcohol que le sobraba al escenario. No vale colocar la plantilla que se utiliza con otros cantantes porque El Madrileño no es un cantante sino un cabrón. Es lo que hizo Ketama en otro tiempo, pero con el rap. Nadie puede ser Camarón si no ha nacido en la Isla, pero qué buenas están las tortillitas de camarones en la Plazoleta de las Vacas aunque se venga de Jerez. Tangana hizo una tortilla a la que hay que echarle huevos. Que no se los corten. El desfile de David Delfín en 2002 con la soga al cuello de las maniquíes, la actuación de Psychedellic Furs en Madrid, año 84; los Smiths en el 85; «La bohème», en el Real; Rocío Jurado, en Cádiz, y Raphael, allá por donde pase. Sumo a C. Tangana.