Política

Las tragaderas de ERC

«Al independentismo le gusta una España débil para aprovecharse»

Es bueno que nadie se ponga nervioso o tenga prisas, porque hay legislatura para rato. La realidad es que está agotada. Los meses que quedan hasta diciembre de 2023 serán un vía crucis para Sánchez, pero no gana nada adelantando las elecciones. Todo indica que Andalucía será otra victoria del centro derecha. Luego llegarán las autonómicas y municipales que serán una debacle. A pesar de todo ello, el presidente del Gobierno no pierde la esperanza y le sucede como a los jugadores que esperan un golpe de suerte. Hay que tener en cuenta que veinte meses es mucho tiempo en política. Es casi una eternidad. La situación sería complicada si esa caterva de socios poco recomendables que tiene decidieran hacerle caer, pero tenemos la certeza de que todos ellos tienen unas enormes tragaderas bien retribuidas a costa de los Presupuestos Generales del Estado y de las concesiones monclovitas. Cada vez que escucho a los dirigentes de ERC me entra la risa y es cierto que hacen algún gesto de cara a la galería, pero que nadie piense que harán nada para provocar elecciones anticipadas. Al independentismo le gusta una España débil para aprovecharse.

No hay más que ver la chulería con que se comportan los aliados de Sánchez y, en especial, los podemitas. Este miércoles se vivió otra jornada de tensión en el Congreso, que parece más una taberna de los barrios bajos de una ciudad portuaria que la sede de la soberanía nacional. Con la irrupción de Pablo Iglesias y sus camaradas comenzó un periodo de degradación, en el fondo y en la forma, que recuerda las técnicas que siempre utilizan los comunistas y populistas para deslegitimar a las instituciones. El presidente del Gobierno no se siente cómodo en la situación actual. Por ello, no acertó en el tono de sus respuestas a las incómodas preguntas de la oposición y de sus socios parlamentarios. Era una oportunidad para mostrarse más hábil como ha hecho en otras ocasiones, ya que era una sesión de control muy previsible. Fue el regreso del «y tú más» que aburre hasta las ovejas. Es cierto que el Gobierno lo ha hecho rematadamente mal con la destitución de la directora del CNI y que nada sucede según lo previsto, pero la política es como un juego de azar.