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Abercrombie

Para cuándo Netflix producirá un documental donde los aparentemente malos también pueden ser buenos

La publicidad busca vender un sueño o empatizar con el comprador contándole lo ecológica o feminista que es la marca, por ejemplo. La imagen corporativa vale tanto que las grandes compañías se gastan parte de sus beneficios en parecer lo que son y hasta lo que nunca serán pero agrada al potencial cliente. Los documentales de Netflix castigan sin piedad al capitalismo y se ponen del lado «woke» de las cosas con esa manera de hacer tan envolvente que cuando acabas de ver uno es como si la serpiente de «El libro de la selva» te hubiera mirado a los ojos durante algunos capítulos. Viene esto a cuento por el titulado «En el blanco» en el que se narra el auge y caída de Abercrombie & Fitch, una de las marcas más pijas de finales de los noventa. Solo contrataban a chicos guapos. En sus escaparates se veían modelos rubios con vaqueros mostrando cuerpos musculosos y tabletas de chocolate. La marca ni siquiera presentaba a maniquíes de otras razas, igualmente pijos, como hace Ralph Lauren o Tommy Hilfiger, emblemas aspiracionales de la clase bien de EEUU.

Oh, gran pecado capital. Abercrombie buscaba a su potencial cliente: universitarios que querían ser atléticos, altos, y tan limpios que podrían colarse en las fiestas de Paris Hilton. Eso se convirtió entrado este siglo en un estigma. Y me pregunto para cuándo me van a contratar para un desfile de Versace, aunque no tengo la altura apropiada y me costaría adoptar la pose de un chulo venido a más. También me pregunto por qué Nieves Álvarez fue la encargada de comunicar los votos de España en el festival de Eurovisión y no una émula de Gracita Morales. Y para cuándo Netflix producirá un documental donde los aparentemente malos también pueden ser buenos. Estaría por ver si cumplo todos los requisitos para congeniar con la generación «silver». Todo es muy inclusivo hasta que uno llega y te mean encima, como siempre cuando tocas a la puerta equivocada. Vamos Netflix, porfa, que quiero hacer de George Clooney.