Opinión

Al servicio del Rey

«El papel de Don Juan Carlos, ahora, es estar al servicio de la Institución que encarna su hijo»

Hay una cierta preocupación en La Moncloa ante la próxima visita de Don Juan Carlos. Es lógico. El espectáculo que se ha vivido este fin de semana no se debería repetir. Hay cuestiones que necesitan una cierta prudencia, porque los tiempos políticos están muy convulsos. Los que critican a Sánchez con este tema deberían reflexionar que sucedería si se pone de perfil o rompe el pacto de la Transición. Las presiones son muy evidentes. No hay más que ver la ofensiva del telepredicador Pablo Iglesias y como maneja a sus marionetas, Montero y Belarra, con el fin de desgastar al PSOE. En este papel cuenta con la inestimable ayuda de su escudero Pablo Echenique que dice unas cosas realmente extrañas, pero que algunos medios las compran sin ningún rubor. Iglesias tiene la obsesión de acabar con Sánchez, aunque debería ponerse en la cola porque el resistente inquilino de La Moncloa es capaz de resistir cualquier ofensiva. La verdad es que Iglesias se ha convertido en una caricatura de caudillo populista venido a menos. A estas alturas solo le queda contemplar cómo se descompone Podemos y el desprecio que le muestra Yolanda Díaz, que le conoce mejor que nadie, así como el resto de aliados.

El padre del Rey tendría que plantearse que sus futuras visitas a España deberían caracterizarse por la prudencia y la discreción. Es cierto que se han archivado las causas por razones estrictamente jurídicas, pero no conviene que su presencia se convierta en un foco de atención de los enemigos de la Corona. Su papel ahora es estar al servicio de la Institución que encarna su hijo, como en su día le correspondió a él ejercerla, por cierto, con gran brillantez y resultados extraordinariamente positivos para España. Por tanto, sus desplazamientos no tienen que ser un problema. Don Felipe ha realizado una extraordinaria labor de modernización y transparencia de la Institución. No sólo tiene que ser eficaz, que lo es, sino ejemplar en el fondo y en la forma. La Corona es fundamental para España y tenemos la suerte de contar con un Rey que tiene las ideas muy claras. Por ello, todos los miembros de la Familia Real, como sus familiares, tienen que estar volcados en su apoyo. Por ello, tienen que ser ejemplares.