Opinión

«Existo, luego te jo…»

Una chapa con fondo arcoíris y esta frase completada –cuyo final hemos omitido por respeto al lector– lucía anteayer en la camiseta de la ubicua vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante su intervención en la inauguración del primer encuentro estatal LGTBI+ en Madrid.

Su omnipresencia durante estos meses ha sido debida, según ella misma ha afirmado, a un proceso de «escucha» previo al lanzamiento mañana de su proyecto político «Sumar», con el que pretende concurrir a las próximas elecciones generales como candidata a la presidencia del Gobierno.

Desde luego, durante el tiempo de escucha no le han faltado respuestas en forma de hechos, que tienen más valor que las meras palabras –sobre todo en el espacio político del sanchismo–, y no parece que le hayan aportado muchos sumandos a su neonata plataforma política, sino más bien substraendos. En esta última etapa han sido particularmente intensas las respuestas que ha escuchado de diversos actores y actrices. Cabe señalar la coral procedente de aquella fotografía de lideresas, entre las que destacaba la valenciana Mónica Oltra, dimitida por la no precisamente ejemplar gestión de su responsabilidad política con menores tuteladas.

Por su parte, la alcaldesa Ada Colau ha tenido más fortuna en la solución provisional de las querellas relacionadas con las subvenciones concedidas, que casualmente parecen destinadas en un 90% a entidades de su entorno político. La Colau lo ha celebrado con unos videos en los que reitera su condición bisexual –que no creo sea una cuestión de interés general– mientras anima a los niños y niñas barceloneses a disfrutar su experiencia imitándola.

Al parecer, Yolanda Díaz la ha querido emular participando en ese acto LGTBI con esa «chapa mamarracha» –como las denominan sus creadores de la Federación Estatal LGTBI– que no parece mejorar la calidad del empleo ni el poder adquisitivo de los salarios, contribuyendo a paliar el daño de la desorbitada inflación, que sí debería ser objeto prioritario de su actividad como vicepresidenta.

Pero sin duda la voz más rotunda y clara que ha podido oír es la que los andaluces le han dado en las urnas, donde sus potenciales socias han ido más divididas y enfrentadas que nunca, pasando de 17 a 7 diputadas, con su personal candidata obteniendo como respuesta la descriptible cifra de 5 escaños.

Visto y escuchado lo que hay ahora, Yolanda Díaz vuelve a su realidad comunista haciendo frente al gasto en Defensa comprometido con Biden por su jefe Sánchez. Que siga sumando y que nos jo… a los españoles.