Política

El cuarto oscuro

La manifestación de la Sanidad os ponía como si estuvierais en otro momento

Parece mentira, pero es verdad. Hello. Resulta que hay casos en que me gustaba que me dieras amor, pero ahora, oh, my lady, me resulta difícil qué decirte. La sedición te deja en buen lugar porque no te exige dejar demasiado de ti. Pero lo nuevo, ¿qué hacemos ante lo nuevo? Se te acabó la fimosis de tanto usarla.

Puede que haya un ingrediente generacional, pero ya te digo, jóvena, que te están engañando . Oh dios, sois la hostia, pero os digo que os están mintiendo de la misma manera en que mintieron a mí.

Me arrepiento y vosotros os arrepentiréis de lo mismo: ser jóvenas antes de tiempo. Se hablará más de jaleo sanitario de Isabel Díaz Ayuso que de nuestras cosas, amor, con lo juntos que estábamos mientras el debate se volvía eterno. Ridículas. No solo no habéis aprendido que no nos interesa el tema de la Sanidad, sino que el futuro no se escribe en una película de Almodóvar. Es que estabas gordo, joder.

La manifestación de la Sanidad os ponía como si estuvierais en otro momento, en Italia época, si no estabais muertos queríais saber por qué vivir, joder, Pedro, esa espalda, esa piscina del hotel Miguel Ángel donde te reconciliabas con el común. Flotabas en el agua. Igual que yo. Floto al saber que tú no eres de verdad, sino que al final eres un guion cualquiera. Es como si estuviéramos en un cuarto oscuro.

Yo no estaría en esa manifestación. Pedro, imagina que tu pareja se ha muerto de un cáncer de pulmón en otra comunidad autónoma. La flor de mi secreto era esa. Él se murió y tú te manifestabas, joder, como un tonto más. Vosotros, que os jodéis en una clínica privada. Recuerda cómo huía Carlos Berlanga de su celda, que era la habitación del hospital. Eso es lo malo, que ya no recuerdas nada, que eres un saco de neuronas mustias. Por eso te manifiestas en vez de hacer una película.