Cuartel emocional
Lambán y Calderón
Luis Enrique que se vaya a su casa con sus músculos, su medidor de glucosa y su arrogancia
A mí este Lambán me recuerda físicamente a Giménez del Oso, aquel eminente psiquiatra famoso por tratar temas de parapsicología en un programa de gran audiencia, “La puerta del misterio”, en que nos dejaba a todos llenos de dudas sobre asuntos paranormales, sin explicación y sin resolver. El pobre Lambán tiene cuestiones sin resolver también y su vida es un sin vivir, como el teatro de Calderón de la Barca, y su frase por las mañanas, al levantarse, mientras se arregla la canosa barba que luce, muy probablemente es “Ay mísero de mí, ay infelice, apurar cielos pretendo ya que me tratáis así, ¿qué delito cometí contra vosotros naciendo…”etc. Sí, Lambán es el nuevo Segismundo de “La vida es sueño”, un pobre desgraciado sin libertad siquiera para expresar su contrariedad al hablar del delito de sedición porque lo llaman de Ferraz y le tiran de las orejas, conminándole a que exprese su lealtad al líder supremo, Sánchez y Sánchez; que ha renegado de Podemos y le obligan a abrazarse al partido morado; de tener que decir una cosa y minutos más tarde la contraria… ¡pobre diablo! Tiene poca dignidad y falta de hormonas para pegar un portazo, pero también hay que entender que ser presidente de la región Aragonesa tendrá su aquel, y el pequeño mando que ostenta le compensa a la hora de quedar como un pelele. Otra cosa es Page –en casa le damos pronunciación británica y decimos “peich”, somos muy pijos-, que tira la piedra y esconde la mano, pero, en definitiva, larga con más gallardía. Lo que no puedo aguantar es la ingenuidad de Feijóo a la hora de pretender captar a estos pequeños disidentes para que mantengan su desacuerdo con la política del Gobierno y sus pactos con proetarras e independentistas. También me parece ingenuo que asegure que él nunca pactará con Bildu cuando alcance la presidencia. Mira, chico, a ti eso se te supone, y, como la mujer del César, no sólo tienes que ser honesto sino también parecerlo. Con todos estos mimbres vas a tener que hacer un cesto de derogaciones brutal, que no va a caber ni en el Bernabeu, y ahí te queremos ver todos los españoles. Quizá sea acertada la idea de un querido y conocido columnista que el otro día hablaba de lo necesario que va a ser un Ministerio de la Derogación, porque trabajo para deshacer el entramado de basura sanchista va a dar para mucho. Puedo aportar ideas sobre jueces honrados, decentes y decorosos que se dejaron la toga por defender causas compradas por los dineros del gran poder de algunos que manejaron el cotarro en épocas no muy lejanas. Alguien sabrá leer entre líneas y descifrar a qué me refiero. Y es que desde Pascual Estevill, que acabó en la cárcel por cobrar por poner en libertad a sus imputados, la judicatura anda un poco renqueante y falta de transparencia y más aún con el actual soi dissant presidente, que quiere adaptar la ley a su conveniencia para permitirse una legislatura más disfrutando de la sopa boba de Moncloa. Lo malo es que le salen también sociatas respondones, de la vieja guardia como Leguina, a quienes importa un bledo salir despedidos del partido y suspendidos de militancia, pero mantienen el tipo frente a la felonía del chulo de verbena que maneja a los gusanos de Ferraz.
CODA. España ha quedado fuera del mundial y la opinión es unánime: no nos entristece sino más bien casi todo lo contrario. Luis Enrique que se vaya a su casa con sus músculos, su medidor de glucosa y su arrogancia, que no lo queremos capitaneando el equipo de nuestro país. La humillación ha sido grande tan sólo para él pero no para quienes sentimos de verdad la Patria en el corazón.
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