Tribunal Constitucional

El «festín» electoral de Sánchez

«El objetivo es recuperar el argumentario de la famosa foto de las tres derechas en Colón»

Hay que tener en cuenta que la actual crisis institucional es un «festín» electoral para Sánchez. Nada sucede por casualidad. Estamos inmersos en una inteligente estrategia de confrontación y radicalización destinada a movilizar el voto de la izquierda. Al inquilino de La Moncloa no le interesa ningún acuerdo o negociación con el PP. El objetivo es recuperar el argumentario de la famosa foto de las tres derechas en Colón. No hay más que observar su alegría y felicidad este miércoles en el Senado. Está muy contento con la querella de Vox, porque no conduce a nada. Le encantaría una moción de censura, para tener otro altavoz contra Feijóo. El éxtasis sería que le acusaran de traición utilizando el artículo 102 CE. No le inquieta nada, porque todo ello son oportunidades para descalificar a sus adversarios. Cuanto peor, mejor. La izquierda mediática lleva varios días volcada en la descalificación de Pedro González-Trevijano y Enrique Arnaldo. Por supuesto, Feijóo es la encarnación de un ser diabólico. El relato se reduce a que estamos rodeados de peligrosos fachas con toga y golpistas irredentos que no aceptan las bondades del gobierno socialista comunista.

La visión de Sánchez se reduce a «¡Más madera, que es la guerra! ¡Ni heridos ni prisioneros! ¡Zafarrancho de combate y el último que cierre la puerta, que hay corriente!» recordando a Groucho Marx, espero que Iglesias no se confunda creyendo que se trata de un hermano de Karl Marx. Las lagunas de los pijo comunistas son enormes. Sánchez está en modo electoral. Su único objetivo es La Moncloa. Por eso, ha alumbrado el impuesto de los ricos y los impuestazos contra las eléctricas y las entidades financieras. No le importa la recaudación, sino el impacto político para ser la reencarnación de Robin Hood. Al final todo se reduce al relato, contar con el apoyo de sus medios de comunicación y complacer a los socios de investidura para que le garanticen su continuidad. Es lo que pudimos comprobar ayer en el Senado. Ahora resulta que el PP quiere enmudecer a las Cortes e incumple la Constitución. En cambio, sus socios comunistas, antisistema, independentistas y filoetarras son una encomiable colección de exquisitos demócratas. No hay duda de que su análisis político es más propio de una película de Groucho.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).