Psicología

Conecta contigo

Cuando no sabes qué hacer: no hagas nada. Respiración, contemplación y meditación son también buenos propósitos

Cerramos un año apasionante y maravilloso… aleccionador y edificante como mínimo. Muy pronto empezamos uno nuevo cargado de propósitos. La meta principal de todo ser humano, ni es tan difícil ni tan inalcanzable como las que a veces nos proponemos. Me refiero a conectar con nuestra propia esencia. Suena bien ¿verdad? ¡Pues mejor sabrá!

Recuerdo cuando Pablo Coelho confesó que siempre había sentido pasión por escribir, pero no fue hasta los 40 años cumplidos, cuando escribió su primer libro. Esa era su esencia pero permaneció tantos años oculta porque no era lo esperado o deseable por su entorno. Sin embargo, cuando no cumples tus sueños, o lo que es lo mismo: vas en contra de tu esencia, la vida (o Dios) encuentra la manera de tomarte de la mano y decirte: «no olvides tu verdadero propósito».

Cuando atiendes a esas oportunidades y sigues tu sueño, nunca te arrepientes. Aunque alguna vez te falten las fuerzas o te sientas derrotado, nunca te sentirás arrepentido. Porque es tu esencia.

Nos debatimos entre seguir nuestro corazón o los consejos y orientaciones de otros (padres, seres queridos, amigos…) pero lo que de verdad nos entusiasma es lo que el corazón dicta. Para conectar con el corazón, el punto de partida es lo único que tienes: ¡este momento!

No hay tiempo ni espacio para el corazón a menos que puedas estar presente. Por ejemplo, en la naturaleza, experimentar el canto de los pájaros, admirar los árboles y el cielo azul es estar presente.

Toda tormenta alberga un agujero por el que un ave podría volar en silencio y en calma.

Cuando no sabes qué hacer: no hagas nada. Respiración, contemplación y meditación son también buenos propósitos. Permanecer en el momento presente es siempre una buena opción.

Pablo Coelho dice que el corazón tiene formas de decirte si vas por el buen camino o no. Yo lo llamo brillo en la mirada. Él: entusiasmo.